ESCRITOS


12/6/18

Cuando llegues a la acedia por primera vez, apartarás el pensamiento del primer juicio, el labio del primer beso, el alma de la brecha, la herrumbre del resplandor... Cautiva, aunque no profundice en el desprecio, como un fuego al que jamás querrás estar expuesta. No se puede detener la palma ante la llama infinitamente. Pasará como el agua bordeando la orilla, pasará como el meandro hacia el océano, el absoluto es un abismo para funambulistas, una soga para viandantes ciegos, y ningún poeta se atreverá a caminar por la cuerda floja por temor a las alturas.

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