ESCRITOS


22/9/19

Se puede disentir, odiar visceralmente la corrupción, la intolerancia y el fascismo -no tan residuales- que sacuden esta demacrada y contrita Europa. En democracias alopécicas, travestidas de bisoñé, los lobos se siguen disfrazando de corderos. Pero nada me parece más absurdo y banal que abjurar del capitalismo e intentar vender antologías poéticas a diez euros. Ante esa tesitura me siento como el culo de Blancanieves, después de pasarle por encima un quitanieves.

2 comentarios:

  1. Y odiar Madrid, España y Occidente pero no renunciar a la seguridad social, los beneficios sociales, los centros de cultura, y no irse a vivir a Turquía o a Senegal o a Pakistán, a disfrutar de otro estilo de vida más acorde con tu ideología antioccidental.

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    1. Ciertamente... Tampoco te olvides de Venezuela o Cuba... Es algo que nunca entenderé. Cuando se tienen tan a mano semejantes paraísos socialistas, y tienes la enorme fortuna (como asegura algún pelagato) de comer tres veces al día (vajilla incluida). Digo yo, ¿a qué se dedican en España los anticapitalistas y los antisistema sino a acopiar y apropiarse del tan denostado capital?

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