Un día hermoso la belleza nos saluda, parece que el destino quiere burlarse de nuestra suerte.
Aún estamos dirimiendo las salutaciones y no sabemos cómo acabará la jornada (puede que de una forma inteligente).
Las premisas son un ardid de la razón, y entre palabras perspicaces lo más importante es que se impongan los hechos.
Otra vez perdidos y sin rumbo... ¿Qué se necesita para prevalecer en la virtud? ¿Puestos a otorgar cuál es la dádiva aceptable?
¿Qué hay de los que necesitan ser amados por un orbe? ¿Qué se puede pedir a riesgo de ser concedido? ¿Qué se puede dar a riesgo de ser tomado?
Aún estamos dirimiendo las salutaciones y no sabemos cómo acabará la jornada (puede que de una forma inteligente).
Las premisas son un ardid de la razón, y entre palabras perspicaces lo más importante es que se impongan los hechos.
Otra vez perdidos y sin rumbo... ¿Qué se necesita para prevalecer en la virtud? ¿Puestos a otorgar cuál es la dádiva aceptable?
¿Qué hay de los que necesitan ser amados por un orbe? ¿Qué se puede pedir a riesgo de ser concedido? ¿Qué se puede dar a riesgo de ser tomado?
Se te olvidó tu guiño, pieza clave de la conversacion :)
ResponderEliminarYa ves que tengo la mala costumbre de apropiarme de ciertas partes de la conversación (si no estás de acuerdo me lo puedes insinuar, si es conveniente con una patada baja). En algunas frases observarás que puedo haber cambiado ciertas palabras, quitado otras (me gusta matizar y trasgredir la intimidad del poema). ¡El guiño es la confiabilidad con la que me recuerdas mi omisión!
EliminarNo hay patada, y puedes apropiarte de las partes de la conversación que desees ;)
Eliminar:)
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