La Chaqueta Metálica
Dios
es un Señor Varonil de Guerra, y tenemos que creer en lo fidedigno
de este concepto debido a que los ingleses tratan por todos los
medios de nombrarlo Sir.
Ahora
me gustaría hablaros de una poética perfecta, exacerbada y
draconiana, continente sin continencia, alma y retrete de milicia. Su
mayor exponente es el sargento Hartman (quizás el auténtico poeta
americano, corazón de ciervo y cerviz de ganso). Un hombre de
pelotas contundentes, con el coraje necesario para espolear el culo
de un pelotón: esos quejicosos de mirada perdida, con la mierda a
medio cagar y la cama a medio hacer -no hay ningún soldado que no
viole a una virgen en el campo de batalla con un M14 entre las
piernas y el credo del fusilero-.
Instructor
de pedos flojos de marica, aceitosos como doughnuts de freidora. El
bardo y el profeta que luchan en las trincheras mean sobre la
ictericia del sol. Mordaza y jabón para los vencedores de la
refriega.
Cada
recluta del verbo recibe una bala y un destino de sangre. Los
neófitos todavía no guardan el ritmo de las marchas ni la pasión
por el ultraje de la pólvora, sin apenas pulmón para un par de
flexiones orinan sentadas como señoritas y rezan por la misericordia
de un dios menor.
Todo
escritor necesita un Parris Island mejor que un burdel de París.
Nos
inunda la belleza cuando el sargento muerte blasfema su prédica de
sífilis.
Nacidos
para matar, para follar, para morir, para la poesía y el odio...
Transformación de nenazas en artillería de hombres rasurados,
altivos como obeliscos de Karnak.
Deus é un Señor Viril de Guerra, e temos que crer no fidedigno deste concepto debido a que os ingleses tratan por todos os medios de nomea-lo Sir.
Agora gustaría-me falar dunha poética perfecta, exacerbada e draconiana, continente sen continencia, alma e retrete de milicia. O seu maior expoñente é o sarxento Hartman (quizais o auténtico poeta americano, corazón de cervo e cerviz de ganso). Un home de pelotas contundentes, coa coraxe necesaria para esporear o cu dun pelotón: eses queixosos de mirada perdida, coa merda a medio cagar e a cama a medio facer -non hai ningún soldado que non viole a unha virxe no campo de batalla cun M14 entre as pernas e o credo do fusileiro-.
Instrutor de peidos frouxos de marica, aceitosos como doughnuts de tixolada. O bardo e o profeta que loitan nas trincheiras mexan sobre a ictericia do sol. Mordaza e xabón para os vencedores da refrega.
Cada recruta do verbo recibe unha bala e un destino de sangue. Os neófitos aínda non gardan o ritmo das marchas nin a paixón pola ultraxe da pólvora, sen apenas pulmón para un par de flexións ouriñan sentadas como señoritas e rezan pola misericordia dun deus menor.
Todo escritor necesita un Parris Island mellor que un bordel de París.
Alaga-nos a fermosura cando o sarxento morte blasfema a súa prédica de sífilis.
Nados para matar, para foder, para morrer, para a poesía e o odio... Transformación de nenas en artillaría de homes rasurados, altivos como obeliscos de Karnak.
Me he quedado leyendo tu espacio.. este tema me fascino como lo has abordado, me ha parecido excelente. Sin caer en lo abstracto..
ResponderEliminarUn placer leerte
Saludos fraternos
Un abrazo
Y feliz fin de año..
Me has dejado con la duda, ¿cómo enfocar el abstracto en estos temas? La verdad es que quedé prendado de la contundencia de la película y su hermosa verborrea de cuartel. Más allá de la violencia y las posibles connotaciones antibelicistas, su lenguaje me sugiere una abrupta y sensual diarrea de términos y nociones totalmente desinhibidas.
EliminarUn feliz año y gracias por pasarte por aquí!!!