Pues en la escuela de monjas cuando era niño me aterrorizaban con el fin del mundo y la llegada del Cordero a juzgar a vivos y muertos. Creo se le llama la Parusía. Llegaría sobre las nubes acompañado de arcángeles que tocarían sus trompetas. Es uno de los recuerdos más pavorosos que tengo de mi niñez.
Bonita frase, un saludo ; )
ResponderEliminarSolo una frase y la supuesta ingenuidad de cualquier enunciado.
EliminarNo se. Yo no había venido entonces.
ResponderEliminarSaludos
Puede que estemos aquí desde siempre!
EliminarSaludos!
Pues en la escuela de monjas cuando era niño me aterrorizaban con el fin del mundo y la llegada del Cordero a juzgar a vivos y muertos. Creo se le llama la Parusía. Llegaría sobre las nubes acompañado de arcángeles que tocarían sus trompetas. Es uno de los recuerdos más pavorosos que tengo de mi niñez.
ResponderEliminarUna forma de inculcar miedos y fines para conseguir medios y afines... Si lo pensamos bien es estúpido sentir pavor por lo inevitable.
EliminarPero no sabemos cómo será el fin del mundo.
ResponderEliminarBesos.
Tan violento o tan bello como volver a nacer.
Eliminarme da por opinar al contrario
ResponderEliminarel fin del mundo, en cuanto a estética solo, podría ser superior a la creación
en el apagón final, quizá la resurrección?
aunque ese es otro tema
Quizás todo sean puertas y estancias comunicadas.
Eliminarestoy contigo
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