ESCRITOS


25/9/19

Carta con resención

Y tú de qué hablas, ¿cuántos años estuviste sin trabajar, viviendo del cuento, de las ayudas familiares y el paro, y no te movías de la poltrona sin que te vinieran a buscar? Pues mira a quién salí por puta desgracia. Ves la paja en el ojo ajeno pero no ves la viga en el tuyo. Menos mal que espabilaste a los cuarenta y pico, pero claro, no te quedó más remedio porque te divorciaste, dejándonos supertiradas.
Y como estás en casa de mamá y te consiguió un trabajito por un conocido, fuiste un enchufado más, por así decirlo, qué fácil todo. Oh, sin mencionar lo poco que durabas en los empleos y lo amargado que estabas. Si te salía alguno en el que solo librabas un día, lo rechazabas, te ponías histérico y te ensañabas con las cosas. ¿Crees que no me acuerdo de todo?

4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Lo peor de nosotros mismos puede ser incuestionable, innegociable, pero siempre, estoy seguro, matizable.

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  2. me has traído el recuerdo de alguin muy próximo que ya hacía eso mismo hace 40 años

    déjà vu

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    1. Con los años se cambia, aunque sea de sofá. De lo pendenciero, lo más escabroso, los políticos.

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