ESCRITOS


27/9/19

Al observar la maravilla te has sentido como un reo de la perfección, acongojado, con la impresión de impotencia y con la extraña lasitud de lo inasible.
Herido por el fulgor, consideras que es imposible sobrepasarlo, pero en tu cabeza sabes que puedes caer más abajo, descender abismos, puedes asimilar la imperfección hasta postergarla a un ridículo eufemismo, solo desde esa perspectiva reaparece el hechizo. Al final te das cuenta que la magnitud de las cosas es una simple admiración.

2 comentarios:

  1. Prosa abismática, preñada de delirios soeces y escatológicos pero ahíta de anhelo de eternidad o por lo menos de aparecer en un cómic de Tintín en el país de las Hespérides.

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