Creo que toda la materia se atomiza en la poesía, se licua en el canto y hace brotar arbustos de la rocalla. Hay vida detrás de cada pensamiento y la heredad perdida recrea la forma de una precipitación. Nada es en vano, por más que pretendamos el mortuorio silencio, la benevolencia del hurto o la degradación del ayer.
Me gusta eso de "la lluvia se precipita en el vacío" confrontado a los arbustos secos, el mortuorio silencio y la degradación del ayer. Porque eso es precisamente la poesía cuando encarna en el lector, "lluvia que se precipita en el vacío" seco y mortuorio, en el silencio,
ResponderEliminary la degradación. No es fácil ser lector de poesía, porque la poesía y la filosofía requieren de una lectura lenta y meditada, lejos de la arbitraria velocidad con que corremos como si tuviéramos en realidad algo que hacer sino caminar hacia la muerte. Incluso en ese caso, la muerte, es necesaria esa lluvia que se precipita en el vacío. La lluvia siempre es benéfica... Excelentes textos. Yo alguna vez he ensayado la poesía. Te dejo un post en que publiqué un a modo de poema EL ESPEJO PRODIGIOSO, pero nunca he confiado mucho en mi capacidad para la escritura. Ahora leo filosofía, entre novela y novela.
Tengo que hacer una incursión por esos poemas, he leído alguno y me han parecido interesantes, aunque debo profundizar mucho más. A estas horas estoy cansado del trabajo y me entretengo viendo alguna serie en el ordenador, o algún documental por Internet, para quedar sobado como un muermo lechoso. Después intentaré relajarme en el mar, al lado de los peces y las ancas de las sirenas.
EliminarEs cierto que caminamos hacia la muerte, pero por los senderos nos acompañan seres vivos, muy vivos y luminosos (las oscuridades las dejaremos para otra ocasión), como hechos de purpurina, que nos hacen contemplar la existencia con ansias renovadas.
Tal vez las musas crean en nuestras capacidades, al fin de cuentas, para transcribir su inspiración. Creo que es positivo no aguardar demasiado de nosotros mismos en un mundo donde el ego es lo más parecido a un canódromo. Sin duda, el espejo está lleno de prodigios, no deberíamos dudarlo.