El amor es un esguince y ahora cojea ostensiblemente. A veces podemos abrazar el polvo de su lado, renqueantes. Ponemos el listón tan alto que no hay nada ni nadie que asalte nuestro apremiante cielo. El amor se arrastra por la borda como un gusano infecto, pero tú tienes puestos los ojos y el alma en el filibustero que pisotea las olas e insulta a las nubes por siempre, trop sensible, con la animadversión de la canalla.
Así vamos, cojos por la vida. Y no es nada sexy. 🙁 Besos
ResponderEliminarSu sutilidad es la falta de sex-appeal.
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