Pero una fantasía nos despierta de nuestro letargo... y empezamos a ambicionar lo que no tenemos: ése es nuestro destino: cochina realidad que no nos permite ser auténticos
Ser cochinos y ambicionar cochinadas (eso nos permitiría ser auténticos).
Pero una fantasía nos despierta de nuestro letargo... y empezamos a ambicionar lo que no tenemos: ése es nuestro destino: cochina realidad que no nos permite ser auténticos
ResponderEliminarSer cochinos y ambicionar cochinadas (eso nos permitiría ser auténticos).
ResponderEliminar