ESCRITOS


25/4/17

Un simple saludo hizo que su trasero se contorneara 30 grados a babor de mis pensamientos. Un "te quiero" no sé qué habría hecho con la rosa de los vientos.

14 comentarios:

  1. Te quiero... no es algo que se dice así, al pasar... y cuando lo dices, hay -lamentablemente- quien lo escucha como se le hubieses dicho "Hola..."

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    1. En ese caso puede ser que la popa me haya dado una respuesta imprecisa y el capitán absurdo no entienda a la tripulación ni a las ratas... ¡Qué bien sienta que un trasero nos hable de belleza cuando el rostro oculto desmiente el corazón! Simplemente es cierto lo que insinúas y tal vez la tropelía sea la clarividencia, pero todavía no me imagino preguntándole por las razones del amor a sus glúteos...

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  2. Absolutamente de acuerdo con Misthyka! no obstante lo peor de todo es decirlo sin sentirlo o no ser capaz de decirlo, sintiéndolo.. cuando lo dices sintiéndolo y lo reciben del mismo modo la rosa de los vientos se vuelve loca perdida... marca sur al norte y norte al sur ; )

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    1. Allí perdemos las direcciones o encontramos la ruta (sólo son divagaciones de un marinero sin mar).

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    2. Si encuentras la ruta aun sin dirección llegas seguro aunque des muchas vueltas a donde debas llegar. Un marinero puede que no tenga barco, pero siempre tiene mar ; )

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    3. Preguntemos al mar dónde debe un marinero embarcar... (algo tendrá que decir).

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    4. Y yo estoy absolutamente de acuerdo contigo María.
      Hay muchos -demasiados- que lo dicen sin sentirlo, porque simplemente no es un sentir sino un deseo momentáneo (te quiero = te tengo ganas) y apenas se dan vuelta, éste cambia...
      E igual, lo mejor en estos casos, es ir sin ruta... y llegar donde te lleve la marea... un marinero debería saberlo.

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    5. Lo importante es no darse la vuelta y mirar a los ojos al deseo hasta la inconveniencia de los términos. Coincido contigo, hay palabras que se sueltan sin pensar. ¿Te quiero por delante y así me des la espalda te querré de otra forma por detrás? En el fondo me gustan tus matices: no hay que llegar a buen puerto, sino sucumbir en altamar.

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  3. Lo peor es decir adiós por ser tan cobarde de no atreverse a decir hola.

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    1. Bueno..., un saludo no da para emparentar con un caniche y tampoco es el principio de ningún refinado atrevimiento. Detrás de una salutación tiene que llegar la esquiva insinuación y el oportuno equívoco. ¡Vale..., no hay nada y tampoco sé como bailar esa ola!

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    2. Vale, creo que si sabes pero no te apetece surfear ;)

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    3. Es triste que el dedo gordo del pie derecho insista en el frío antes de sumergirse en el océano...

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    4. Menos mal que el izquierdo es menos friolero

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    5. ¡Mi pie izquierdo! ¡Tremenda película! Sí, tienes razón, puede que el izquierdo sea el contrapeso adecuado.

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