ESCRITOS


26/3/17

Por un tiempo a uno de los jefes se le dio por hacer un reconocimiento.  Lo tenía pegado a mis talones mascando el sudor de mis calzones, pero siempre me encontraba con la herramienta entre las manos y cuando necesitaba ir a algún sitio nunca regresaba de vacío.

Un buen día se dirigió a mí y con absoluto asombro me inquirió:

-¿Usted le da a todo?

-¡Sólo a las mujeres!

No hay comentarios:

Publicar un comentario