La belleza de los horizontes jamás se sacia de sangre. Nuevos dioses manejan nuestras mentes en la edad de la ciencia, y la clarividencia sigue siendo una especulación. Hay bastante de iglesia en ese ostracismo de catedrales modernas, detrás de las vidrieras y los ábsides del CERN.
Insaciable.
ResponderEliminar¡No sabía dónde meter lo "gore" del anterior!
EliminarY decidiste cargarte a los amantes,buen comienzo "gore"
Eliminar¡No!¡Están atareados con otra belleza y no los quise molestar!
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