Dejaremos que se nos escape el gemido para que nos descubran los atardeceres porque el beso nunca es ciego ni sordo aunque sepa a recto. Al final, al límite de lo exhausto, los despojados son los que mejor saben obsequiarse...
Deixaremos que se nos escape o xemido para que nos descubran os seráns porque o bico nunca é cego nin xordo aínda que saiba a recto. Ao final, ao límite do exhausto, os desposuídos son os que mellor saben obsequiarse...
Cuando la intemperie es el abrigo sólo se encuentra algo de arropo en la caricia del amor.
ResponderEliminarAun enfermos de todo cuanto acontece
aun dolidos de las grietas que dejan los besos
¡Qué mejor abrigo entre las grietas!
EliminarLo ves...?
ResponderEliminarSon tus enormes regalos.
¡Y eso que no tengo un duro! ¡Son vuestros enormes atributos!
Eliminar