ESCRITOS


30/6/18

Me pregunto quién destrenza los cabellos del tiempo, quién malgasta sus días con la totalidad de un poema; quién, a pesar de todo, ama las flores, las hebillas y los tocados.

27/6/18

Esta vez no te olvides de la lluvia en la pared...
Tantos luceros en una galaxia y ningún lugar para ocultar un pensamiento... No podemos huir de la luz, y eso conforme a lo visible; el espectro de lo invisible es absolutamente imponderable.

Respeto la libertad de expresión, aunque tratar de santo a un coño es bastante peregrino. Si no estamos de acuerdo con el catolicismo por qué asumimos los símbolos de éste para llevar de procesión a una vagina. Tal vez la pretensión de un ateo sea llegar a la confesionalidad a través del sarcasmo, reafirmándose en los anticonceptivos.
Todos los versos son innecesarios, ninguna necesidad se puede transcribir.

26/6/18

Es la pérdida lo que nos hace ser lo que somos, así que amar es también ser abandonados.

25/6/18

En poesía, incluso con nuestras más bajas pasiones e impropios talentos, aspiramos siempre a la perfección: la vulgaridad no es herencia de las musas.
-¿Vegetal, mineral o carcamal?
-Un ser sin extremidades superiores.
Que te amen y digan que eres fea y aun así quieran metértela, porque cualquier malentendido puede ser un sublime acto de afabilidad. Me gustas. Estoy intentando dominar a la fiera entre los pantalones pero se me rompen todas las sujeciones cuando pienso en ti.

Notice

-¿Lo has notado? Es la putiscencia alejándose.

-Compramos tu polla.es 

-Les llevaremos por todo el mundo para ver "cómo lo deshacen". 

-Un macho de pistacho atesora 25 hembras injertadas para que lo disfrutes en una tapería. 

-Cualquier amanecer bajo un cimbrear de olivas frescas.

21/6/18

Cuando amamos no somos cuervos ni palomas, somos una cagada de ave en la capota. Nadie ha aprendido todavía a leer el lenguaje subliminal de los despojos, ni siquiera el mejor de los oráculos. El amor es la ebriedad de un vino maléfico que ansía permanecer a nuestro lado, pechos que amamantan al dipsómano, corazón pisoteado y estrujado, sangre de dioses blasfemos  y bermejos.
No me dejes amarte, solo déjame escanciarte en la boca de otros labios, compartirte en el beso de otros besos, ya que los abstemios son los más inútiles de los beodos.

19/6/18

Acércate mujer ballena, mujer ballesta, a mi alma de ropero, a mi corazón cervecero, a mis flatulencias. Viviremos como obesos un amor sin complejos.
Acércate, mujer bombero, mujer camionero, mujer minero,  mujer marinero,  a mis brazos en pena, a las varices de mis piernas, a mis ojeras, nos abrillantaremos con Argán, Henna y piedra pómez para las durezas.
Ven a mí, animal ingente, sol indecente, glúteo inteligente, Ishtar con espolones. Entre tus garras seré un gusano, entre tus senos seré un enano, entre tus muslos haré el payaso..., por uno solo de tus cabellos mentiré siete veces siete.

18/6/18

Únicamente reconocemos el paraíso cuando lo perdemos, mas vivir en el edén es lo mismo que intentar persuadir a los demonios con bondades. No podemos ser más que sociedad en los suburbios de la urbe, más que ebriedad en las inmediaciones del vino. Si quieres romper con lo establecido regresa a la tribu, lejos de la civilización, a lugares donde las estrellas brillan como el cuarzo, donde mujeres y hombres bailan alrededor de la hoguera. Por un tiempo resurgiremos como el fénix de las cenizas y olvidaremos todos nuestros nombres, cualquier condición atribuible a la inconsistencia de los sexos, para ser solo bestias en la intimidad del asfalto.
Locos, vagabundos y poetas, a éstos solo se les permite el residuo de la tierra, la sombra innombrable de todos los espejos y el despojo de los chacales.
No sé si es mejor ser un salvaje entre las olas o un playero al margen de todos los playeros.
Nos repetimos, es inevitable, del lodazal de la costumbre a los sedientos pájaros del azar, del polen a la llama de los fósforos. Si unos acrecientan la ingratitud, otros agrandan sus deseos para observarlos al albur de sus necesidades. Con tantos atributos como dioses pides imposibles, pues al lado de cualquier virtud se constituye una carencia. ¿Por qué no amar con sus inconvenientes y convencionalismos el corazón y el alma de las cosas, el sabor de las bayas rojas, la carne en su absoluta negligencia? Ningún arquetipo te hará estar cerca de las alcantarillas y permanecer en los cielos. Musa dormida, desciende a los infiernos, a esta cuneta, a este rincón del paroxismo, al tibio desamparo de las horas, al ocaso de los cúmulos y las mazmorras, a la sombra hiriente de las rosas, las espinas y los áfidos. Podemos naufragar en la volubilidad hasta dotarla de serenidad y belleza sin acusar de atributos el eco que se malgasta. La maravilla es creer en la maravilla, arrasados por el helio de los soles.
Me estoy muriendo por una hembra de musaraña, de cincuenta para arriba y operada de las amígdalas.

17/6/18

Si supieras quién soy te carcajearías. Si supieras qué no soy, te consternarías.
Me he comprado un bañador. Uno bonito, de rallas blancas y negras.
No conozco a nadie que pueda entender la importancia de algo tan tonto.
Pero es importante, sí, lo es.

-Ficticia-


Mimetismo, supongo, o la necesidad de presumir ante las fieras... Un envoltorio para el encanto no puede ser banal.
 Quiero jugar al billar mientras pienso en cómo sería el sexo sobre esa tabla de juego entre las bolas...
pero sigo sola 
en este fantasmagórico roleplay,
donde me doy cuenta de que me abandonaste húmeda,
sin estremecerme.
Ahora mi corazón solamente y solo 
huele a cemento mojado.
Matriz por bandera.


-Poetílica-




Suena a club de cementeras que en masculino serian cementerios o celentereos (radiata), o a comedia de bar y cerveza, todo demasiado etéreo para un billar a dos bandas, a tres o a cuatro (a gusto de las carambolas, la tiza, el palo y los tacos). Jugar a la gravedad y ser  polvo de estrella, atrapados, consumida ella, en la tronera, así de trigueña y con lapis azuli en los párpados, carne de armadillo en la mesa. Los versos algo despeinados. Allí donde se atusan los cabellos con los dedos hay un poema para las crines sueltas y la punta de los zapatos.  A puntapiés hemos amado y a coces nos han desmaquillado. Quien abandona entre humedades merece la misma sed: agua por agua.

12/6/18

Me gustaría apostillar una mínima parte de tus hermosas palabras, de tu grandiosa erudición. No todo está perdido, aun reconociendo en la exégesis de tu dictado una voluntad de transgredir las dificultades a través de un principio reparador. Déjame decirte que todo está ganado, que hemos ganado el cielo de antemano a pesar de todos los pesares.
Marta está restaurando un cuadro. Ha recuperado los colores deslustrados por un barniz ambarino y ha descubierto tesituras ocultas, incluido el brillo de alguna lágrima. Los labios cerrados se muestran ahora entreabiertos. El benefactor del lienzo le ha dicho que no perfile ningún incisivo (es mejor una Magdalena desdentada que lasciva). Una tez pálida como el día de la Pasión y en el semblante de la taheña unos ojos tibios, sobrevenidos por la pena. Aparece semidesnuda, con un libro abierto, (tal vez las Santas Escrituras).
Sin embargo para mi esos escombros, esos embrollos como tú los llamas, son los que constituyen y contribuyen al perfeccionamiento, no por el mero hecho de conjugar un libro, una publicación, u ordenar los poemas bajo ciertos parámetros, más bien por la acción de la autocrítica, el afanoso trabajo de pulir los versos y lustrar los huecos, la mirada después de la mirada, la contemplación para la recreación, la supuesta orfandad de los transgredidos (necesaria en todo caso), la castración de las maneras, aunque ame la ingente poesía de los amanerados; la obra en su finalidad, además de en su origen, a pesar de no estar del todo satisfechos con el apoderamiento de las palabras y hasta vernos insignificantes a través de todos los espejos (el objeto, obviamente, es el tránsito hacia la claridad).
Contrariamente a tu enunciado, es en el corazón de las ratas que se deben leer los poemas, bajo esa radiografía de hachazo, de hartazgo y de rechazo.
Repasando los textos múltiples veces me evado del yo. Dejándolos descender a las catacumbas, me mutilo, me humillo y excluyo de las primeras marejadas de sentimientos, me retracto del instante inspirativo para contemplarlo desde la distancia, y es en esa lontananza de lo propio que trascendemos a un enunciado (no del todo nuestro) y hallamos el paroxismo de nuestras ficciones; allí el légamo es modelado con talento, eso aguardo, y el sublime alfarero pone sus manos sobre el torno para modelar la arcilla.
Cuando llegues a la acedia por primera vez, apartarás el pensamiento del primer juicio, el labio del primer beso, el alma de la brecha, la herrumbre del resplandor... Cautiva, aunque no profundice en el desprecio, como un fuego al que jamás querrás estar expuesta. No se puede detener la palma ante la llama infinitamente. Pasará como el agua bordeando la orilla, pasará como el meandro hacia el océano, el absoluto es un abismo para funambulistas, una soga para viandantes ciegos, y ningún poeta se atreverá a caminar por la cuerda floja por temor a las alturas.

5/6/18

Dejé los testículos en tu huerto... Lo que hallaste fue un bejín perlado que pisó tu tacón por todo desprecio. Un polvo del mismo color que una nube de fango. Un Siroco abrasivo de Sahara y desierto salió de aquel amor cabrón, pero ni siquiera le pediste perdón al Lycoperdon.
La rana volverá a aparearse con el tritón, y, así, los Faunos, los Centauros,  las Quimeras, las Hidras y el mismo Unicornio regresarán a la existencia.

2/6/18

Un ángel se sienta a tu lado, cara a cara, descarado. Los ojos azules de azul cobalto te escudriñan. Ya no sabes qué  hacer con el postre y es  mejor arredrar la cuchara del plato.
Las miradas que no se cruzan se derriten en la nada. Acerco el yogur al labio y se descuelga como una baba, como una bala. El ángel caído se ha quitado una prenda del vestido y he podido observar el vello de sus antebrazos. Como una estocada, el piélago de sus pupilas,  el perfume de sus axilas depiladas.
Con tanto cielo me ha sentado mal el almuerzo, preferiría estar en un rincón del purgatorio y eructar cualquier historia sin sentido.
Finalmente el poeta se escabulle y el ave vuela (voilà!). Después de la ensalada regresa una nube opaca, mas oscura que el sarro de los dientes, y el  funesto sonido de los versos asemeja el ruido de facóceros hozando.
La belleza se nos pierde entre alegatos y la fealdad permanece con nosotros sin reparo. Estoy aguardando un paraíso o una escobilla de retrete, un desatascador de los infiernos para decirle algo, pero el extremo de cualquier perfección nos transforma en somnolientos,  miopes, torpes y cegatos. Cerca de los dioses cacareamos como cluecas gallinas sin gaznate, extasiados por lo imposible, lo impasible y lo innombrable. El firmamento se resquebraja y  el amor es una trampa para peces.