ESCRITOS


6/12/16

Sus pechos tropezaron en mi boca como escurridizas anguilas eléctricas. Me convertí en un amperímetro con la ley de Ohm entre los dientes. Que me engulla el pelirrojo de sus lentejas: ésas con las que Esaú fue engañado y quedó satisfecho.

2 comentarios:

  1. Más que engañado vendió barata su primogenitura. ¿Será que todos tenemos un precio?

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    1. ¡Lo que es cierto es que le quieren poner un precio a todo!

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