ESCRITOS


12/12/16

Hablaremos del amor y la república, tan necesaria como la sangre; más tarde nos dedicaremos a las transfusiones y a guillotinar al Rey. El mejor acicate para creer no es la conciencia, es la inconsciencia de las masas y el botín del populacho. Somos parias en un mundo enfermo, somos París en la revuelta de Mayo; seremos mayordomía para una servidumbre de placer, revolución y romanticismo postraumático (nuestros oficios y nuestros ofidios jamás llegarán a encontrase). Todos los políticos colgados de las trenzas de una heroinómana, toda las ideologías en un dedal de costurera, mientras nuestras rameras les escupen la sífilis a los ojos. Los césares coleccionaban escrotos; nosotros, despojos de demócratas.

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