Hemos plantado una semilla. Que retoñe no depende de nosotros. No se pueden prever todos los elementos ni pretender cambiar los tiempos al albur de nuestra cosecha.
Nos gustaría que nuestras semillas germinaran, pero solo algunas lo harán y ello nos retrotrae al principio de incertidumbre, elemento esencial de ser hombre. ¿Quién no anhelaría ser águila o gorrión para desligarse de la siembra maldita? Queremos o no somos sembradores de sombra.
Nos gustaría que nuestras semillas germinaran, pero solo algunas lo harán y ello nos retrotrae al principio de incertidumbre, elemento esencial de ser hombre. ¿Quién no anhelaría ser águila o gorrión para desligarse de la siembra maldita? Queremos o no somos sembradores de sombra.
ResponderEliminarEn eso, podemos asegurarlo, la heredad es pródiga.
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