Donde follar se transforma en joder (joder no es más que un gesto de agravio), amar se convierte en suntuosidad y hasta puede contener algo de refinamiento y pecaminosa santería terrena.
El boato es mermelada en la tostada o mantequilla en el recto. El sexo embrutecido, pobre, simple y banal, es lo mismo que intentar comer pan duro sin saliva.
Me has recordado que el amor puede ser suntuoso, pomposo, grandilocuente, vestirse cada uno de cortesanos y orinarse uno encima del otro, en plena corte.
ResponderEliminarLa cortesía y su oficio pueden estar emparentados con las cochiqueras. No sabemos si la distinción es humo ornamental o hedor sentimental.
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