ESCRITOS


20/9/19

Blanca como el clarión de las pizarras, me acidifica el corazón con su dulce mirada. Tiene una forma de barrer que no barre nada, y a destiempo sigue el ritmo de la escoba. Me gusta el cepillo femenino, algo visceral, anormal y descerebrado; irreal, inocente y despatarrado. Estoy dispuesto a mostrarle que no es inconsecuente detenerse en el polvo ni impropio considerarlo un trabajo.

2 comentarios:

  1. ¡Hola! Me han gustado las palabras del final.
    Te sigo, te espero por mi rincón.
    Un saludo.
    https://marca-indeleble.blogspot.com/

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