ESCRITOS


25/7/19

Nuestras inclinaciones consisten en burdas e ingenuas aproximaciones a la concupiscencia, tan aparentes como el mismo lenguaje.
Cada movimiento acompasado, inocente o no tan inocente, está cargado de sensualidad y erotismo. La poesía, la música y la dilección son genitalidad pura, generalidad asumida disfrazada de afecto. La máscara consigue ocultar nuestro rostro hasta que adoptamos su entera personalidad.
El amor ya no es ese anhelo sobrevenido, producto de la admiración y el ensimismamiento, ahora tienes que crearlo y recrearlo, y después también criarlo y malcriarlo; y sin embargo te lamentas de soledades adulteradas, pero los ojos que te ven, tú los ves, y los ojos que te aman nunca los conocerás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario