Lo tenemos todo, lo queremos todo, ad libitum, en el momento. Permanecemos ante el bosque incapaces de observar a través de la foresta. Ningún paisaje conocido, ningún paisaje interior, ni siquiera un cielo despejado. La inmensidad es un luctuoso velo. Nos alejamos de los árboles, imposibilitados, porque hemos perdido la perspectiva buscando más allá.
Permanecemos ante el bosque incapaces de observar a través de las tinieblas
ResponderEliminarHabrá que parar, contemplar, interiorizar y saberse insignificante para reencontrarnos. Pero ya sabes del humano y sus aires de grandeza
El mal de la grandeza desairada que no es más que una bajeza majestuosa!!!
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