ESCRITOS


23/3/19

Hemos nacido para la poesía, es lo que somos, esa es la única certeza de nuestra sangre.

Nuestro recobrado escrúpulo no es más que una pataleta de niños burgueses de corazón anestesiado, que creen recobrar levemente el latido. Es lo que somos, mal que nos pese, una parodia, una cardio(a)patía congénita con electroencefalograma plano que a veces pretende elevar el vuelo animada por alguna tempestad.

Quien vive la exclusión y las injusticias no tiene tiempo para cuestionarse a si mismo, ya que se halla en el ojo perfecto de la tormenta, (se trata de supervivencia, de acción reacción, de sanguínea y volátil resistencia).

Yéndonos por el sumidero de un ideario transversal solo seguiremos el  malogrado camino, cambiaremos el amor por el odio, la barrica por la barricada, el sexo de los invertebrados por la huesera de los huesudos...

Uno no elige sus prioridades, es elegido por sus postergaciones. Perdemos en el cambalache si relegamos la pulsión amatoria por la política, la evidencia en todo caso es la total repulsión.

Algunos pensamientos sectarios le buscan las vueltas a la realidad para recrear un imperio de enemigos a la altura de sus necesidades. ¿Desde cuándo hemos dejado de ser unos cínicos libertinos para emanciparnos en ilusos libertarios? 

El humanismo, la integridad y la honradez constituyen la verdadera revuelta y el cambio de paradigma.

Ser fantasmas de otros fantasmas no es la comprometida senda del poema, el poema se involucra con el desaire y nadie le dice en qué creer ni qué bandera enarbolar. ¿En nombre de qué posesiones y persecuciones?

Dejemos de elucubrar, seducidos por regímenes que fingen una revolución y sacan a pasear su palo de escoba por los callejones de la opresión, siendo ellos mismos la tiranía.

Hemos nacido para la poesía, es lo que somos, esa es la única certeza de nuestra sangre.

2 comentarios:

  1. Uno es quien cree que es
    Nos pasamos la vida poniéndonos adjetivos y sin darnos cuenta vamos moldeando nos con lo que pensamos que somos y no nos dejamos "ser" el ego y el intelecto influye mucho en todo esto. Gritamos libertad y con cada grito elevamos un muro. Me creí poeta y ahora lo veo tan lejano.
    Ahora, que es de lo único que puedo estar medianamente segura, sólo quiero paz, tal vez estoy en el letargo de la crisálida guardando fuerzas para la metamorfosis.
    Es tan particular la visión, las creencias, la evolución individual que no me atrevo a hablar de un colectivo.
    Aunque hay días que observo cómo vamos en riel hay un abismo quiero creer que tal vez antes de la caída se abrirán las alas de muchas mariposas.
    Sigo creyendo en la humanidad

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    1. A veces está bien descreernos poetas, fomentar cierto grado de "antipatía" lírica que nos aleje de los árboles para poder distinguir el bosque. De todas formas, ya sabes, somos escogidos del resplandor (transcripción libre de unos versos de Mareva), así acaecen los hechos sin importar los nombres o la condición que les damos. Tal vez no esté en nuestras manos otorgarnos ninguna titularidad sobre el presente, pero si avivar el gozo de un rayo solar entre las nubes (la poesía).

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