Otro día te revuelves y tus senos danzan por la cama, no sé que carajo quieren de mi espalda. Estás despierta como una ola de pellejo y tu pubis es un calzador de mi estupor. Durmamos, la pasión pertenece a los amantes, al dios Orfeo y a Selene, la calva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario