Nadas, ya que no puedes naufragar en una hembra ni sumergirte en una vagina hasta el Mar de los Sargazos. Nadas de boya en boya y te agarras a una argolla. Miras si hay un dulce bikini en la eslora o una sirena en la ola. Nadas como una pimbola asustando a las gaviotas.
Con lo gratificante q es nadar por el placer de hacerlo!
ResponderEliminarInquieta tu texto.
Sí..., es desconcertante flotar con tanto peso y hundirnos fuera del agua.
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