ESCRITOS


18/12/16

De lejos, el materialismo de las posesiones, la emergencia del mobiliario. Cambiar de vida hacia un cielo reconocible o vagar como un absurdo atrezo de puerta en puerta, de representación en representación. Después, distinguir que todo es barro, losa, ladrillo, y que nos han atado los grilletes. Somos las bailarinas sombras de un cómic y hay que mantener a los ilusos ocupados y despreocupados, ofreciéndoles una tentación y una distracción, una vacía ostentación cada mañana. Algo comprensible y tangible como una cuenta corriente o un vicio corriente, sin más preliminares que el oprobio de la mercancía.

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