Te recuerdo claramente en el Chelsea Hotel, hablabas tan segura y tan dulcemente, mamándomela sobre una cama deshecha mientras en la calle te esperaba la limusina. Ésas eran las razones y ésa fue Nueva York, nos movíamos por el dinero y la carne y a eso lo llamaban amor, los del oficio, probablemente, aún lo es para los que quedan. Pero te fuiste, ¿verdad, nena? Sólo le diste la espalda a la gente y te alejaste, ya nunca volví a oírte decir: «Te necesito, no te necesito, te necesito, no te necesito», mientras todos te bailaban alrededor. Te recuerdo claramente en el Hotel Chelsea. Ya eras famosa, tu corazón era una leyenda. Volviste a decirme que preferías hombres bien parecidos pero que por mí harías una excepción. Y cerrando el puño por los que como nosotros están oprimidos por los cánones de belleza, te arreglaste un poco y dijiste: «No importa, somos feos, pero tenemos la música». Y entonces te fuiste, ¿no es así, tía? Simplemente, diste la espalda a la gente y te alejaste, ya nunca volví a oírte decir: «Te necesito, no te necesito, te necesito, no te necesito»,
Cómo me gusta Cohen...todo un poeta en su estilo ;)
ResponderEliminarSupongo se llenarán los blogs con homenajes
EliminarTe recuerdo claramente en el Chelsea Hotel,
Eliminarhablabas tan segura y tan dulcemente,
mamándomela sobre una cama deshecha
mientras en la calle te esperaba la limusina.
Ésas eran las razones y ésa fue Nueva York,
nos movíamos por el dinero y la carne
y a eso lo llamaban amor, los del oficio,
probablemente, aún lo es para los que quedan.
Pero te fuiste, ¿verdad, nena?
Sólo le diste la espalda a la gente
y te alejaste, ya nunca volví a oírte decir:
«Te necesito, no te necesito, te necesito, no te necesito»,
mientras todos te bailaban alrededor.
Te recuerdo claramente en el Hotel Chelsea.
Ya eras famosa, tu corazón era una leyenda.
Volviste a decirme que preferías hombres bien parecidos
pero que por mí harías una excepción.
Y cerrando el puño por los que como nosotros
están oprimidos por los cánones de belleza,
te arreglaste un poco y dijiste: «No importa,
somos feos, pero tenemos la música».
Y entonces te fuiste, ¿no es así, tía?
Simplemente, diste la espalda a la gente
y te alejaste, ya nunca volví a oírte decir:
«Te necesito, no te necesito, te necesito, no te necesito»,
Quería a BB y acabó con Joplin
EliminarLa seducción de la locura cuando se coge el ascensor de la belleza...
Eliminaro cuando se pierde...
EliminarSí... Mejor el trago de los perdedores.
Eliminar:) para tí
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