Rilke penetró en sus cavernas, pero Lou no se percató si Nietzsche la había besado a la sombra de su mostacho. En un matrimonio de conveniencia encontró la libertad, soltera siempre pretendió ser libre. Al fin y al cabo, es complicado ser un espíritu emancipado y femenino al arbitrio de los hombres, al amparo de las normas es como mejor se trasgreden las convenciones.
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