Me seducen el licor de tus bragas y el peppermint de tu mirada. Me hice vagabundo de tus besos cuando estaba pertrechado para un trabajo de perros en la indiferencia de tu amor. Me concediste la deferencia de la nada cuando quise una sencilla amonestación de tu mirada. No llegué a tus pantorrillas, a tus pies descalzos suspirando jabón, ni a una dureza de tu talón.
A tus pies descalzos suspirando jabón...
ResponderEliminar¡Me mataste!
¿Con una muerte agradable?
ResponderEliminarSi
EliminarLas pantorrillas de un corazón, qué original. Qué tal el desodorante después de la ducha ;)?
ResponderEliminarUn abrazo
Nunca para los que vamos contracorriente y se lavan los dientes antes comer, o se acicalan después de hacer el amor.
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