ESCRITOS


21/8/16

La belleza de los horizontes jamás se sacia de sangre. Nuevos dioses manejan nuestras mentes en la edad de la ciencia, y la clarividencia sigue siendo una especulación. Hay bastante de iglesia en ese ostracismo de catedrales modernas, detrás de las vidrieras y los ábsides del CERN.

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