Todos los versos han sido redactados con la medida y la maestría que se asume lo propio, a pesar de no pertenecernos en absoluto.

¿De qué sirve estar atado y ladrar? Que no te sojuzguen y no ladres.

Las cosas de este mundo son vanas excepto la "Obra", la "Creación" es la única veleidad asumible.

Aunque un perro pueda creerse Dios, lo más inverosímil es que Dios pretenda ser un perro.

Si otros detentan la facilidad, tú posees la dificultad. Las complicaciones son un don en la sombra, para solventarlas hay que recrearse en los descensos.

Tres desconocidos despidiéndose

-Tengo a mi perra esperándome.
-Tengo a mi mujer aguardando.
-Tengo ropa en el tendero y está a punto de llover.

Pon tus labios en la libación del cielo hasta que las arenas de Nínive se conviertan en cristal. Pon tu boca en mi felación hasta que de los desiertos broten nenúfares.
Desde que el sexo oral está prohibido en Roma me agrada hacer lo incorrecto. ¿En qué momento el amor prestigia al dador y denigra al receptor? Dar y recibir es la incertidumbre y remordimiento del corazón.

Lame el escrúpulo hasta que canten los gallos. No desesperes, amanecerá. Tan corta la noche y tan larga la espera. La hora nona se acerca. Dedícate a gastar dentina y a bruñir con tu lengua la coraza clara del erecto orfeón. 

¿Ves aquel diamante opalino? ¿Ves aquella estrella errante descendiendo? Las Hespérides exhalan silvestre manzanilla mientras los ojos lloran agreste cebolla.

La belleza del fin del mundo solo es comparable a la belleza del principio de la creación.

Nunca defenderé a las izquierdas ni a las derechas, creo que ambas son patrañas infundadas basadas en idearios trasnochados y perjuicios; de facto, hoy en día ni siquiera existen como tales. La ideología ha muerto (igual que el dios de Nietzsche) enterrada, entregada a la burocracia y al sectarismo. De todo este aniquilamiento, por supuesto, no surgirá nada sobrehumano. El adoctrinamiento que enfervorece el alma es insuficiente para saciarnos. De acostarme con alguien, políticamente correcto, lo haría con una hembra a la que le apesten las bragas a ambición, pero antes le taparía la boca con una mortaja para no oír sus soflamas.

Algunos charnegos son los perros amaestrados del nacionalismo. Ladran y muerden más que sus amos por un equivocado sentido de la pertenencia. Su origen es aquel que se afanan en despreciar.

Si contemplas una plenitud bienintencionada acercándose e incitándote, ten por seguro que el cielo no te concederá sus favores.

Eres lo que eres... No hay otra penitencia que ser lo que somos.

Cuando observes el infinito cielo estrellado no podrás decir: "aquellas no son nuestras estrellas".
Cuando observes el bello rostro amado no podrás decir: "aquel no es nuestro amor".

Las viejas medusas se niegan a morir asesinadas por el líquido amniótico del mar. La técnica ha resuelto violar mujeres embarazadas. Todos los expedicionarios, a una, han caído en esa tentación. Cuán alentador sería dejar un mensaje para los vivos como muertos que se amotinan a las puertas...

La resaca de las manzanas hierve carozos. 

Oh, al leve sol, hoy entre apriscos encerrado, ayer resplandeciente, habremos de verle la tez cercenada como a una ramera encinta. 

La larva y el veneno departen en esdrújulas, y los versos me han dejado tan vacío como estaba, tan absurdo como era e igual de perplejo e indiferente. Por mucho que aseguren que una lectura es inocua siempre deja un rastro de superficialidad innecesaria.

Amar, si tal bellaquería existe, puede bien compararse a tropezar y caerse de bruces. ¿Quién insinuó que un traspiés no es necesario e interesante? Tengo el estómago lleno y me siento como un plenipotenciario. Si te rebosa el alma harías bien en prescindir de la diplomacia y despedir al embajador, mañana seguirás hambriento y ebrio de eternidades.

Todas las historias son la misma historia, todos los hombres son el mismo hombre.

Detesto a los que tienen una opinión muy poco austera de si mismos. Prefiero a los que se creen pésimos, escriben malamente y se entregan a la maledicencia.

A veces la coronilla roza el suelo y el pie elige la tonsura.

No te puedes ocultar detrás un sol ni delante de un sol.

El perro ladra pero ningún sabio parece corresponder a los ladridos.

No queremos mirar más allá, no podemos. Todos somos recipientes, vasijas, barro en una única usanza y una siniestra mezcolanza. La realidad es que el contenedor está agrietado y la copa va vertiendo un rastro leve y sinuoso de su líquido elemento; por eso, en el ulterior,  el espíritu sangra receptáculos.

Ya que el amor no existe y nos debemos a la completa indiferencia o al siempre manido recurso de la insatisfacción, puestos a elegir me conformaría con Norma Jeane y un poema: el único animal maldito dispuesto a casarse con un Pulitser.

Al observar la maravilla te has sentido como un reo de la perfección, acongojado, con la impresión de impotencia y con la extraña lasitud de lo inasible.
Herido por el fulgor, consideras que es imposible sobrepasarlo, pero en tu cabeza sabes que puedes caer más abajo, descender abismos, puedes asimilar la imperfección hasta postergarla a un ridículo eufemismo, solo desde esa perspectiva reaparece el hechizo. Al final te das cuenta que la magnitud de las cosas es una simple admiración.

Quiero una zorra con la que dormir zorro. Quiero una hembra en un gallinero.

Hemos plantado una semilla. Que retoñe no depende de nosotros. No se pueden prever todos los elementos ni pretender cambiar los tiempos al albur de nuestra cosecha.

Si escribes, si te sientes atraído por ese espurio oficio de amanuense, no pienses en las posibilidades ni en las finalidades, y menos en devorar felinos o crearte una leyenda a la altura de tu avidez. Si escribes es porque cada palabra se te ha ofrecido como un obsequio y no deseas otra cosa que escudriñar el presente.

¿Y qué sentido sino desaparecer? Tal vez no importen el legado o la obra, excepto haber sido una mínima porción de lo sepulto, unidos a esa totalidad perecedera que se ha escrutado con desidia, intensidad y rudeza.

¿Qué permanece entonces, invariable, en la vorágine continua? La inmortalidad no debe ser grata ni siquiera para los Dioses.

Finitos más que infinitos, efímeros más que eternos, así se ha resuelto.

Escribir demasiado es adolecer de criterio. Escribir bien, asimismo, es carecer de rigor.

Brillar no simboliza convertirse en un faro o una estrella. Brillar, oh cielo recóndito e inalcanzable, significa alumbrar. El alumbramiento siempre ha sido un acto íntimo y supremo, hoy manchado, mediatizado por las falsas expectativas y las especulaciones entre las sucias manos de las parteras. Amanecer y engendrar son los grandes hitos, unidos en el mismo plano al ocaso y la muerte. Poeta, tú que tienes ansias de soles y aureolas imposibles,  intenta  parir abominaciones.

Todo es relativo, pero puede que dentro de ese relativismo haya absolutos que nos negamos a discernir.

Carta con resención

Y tú de qué hablas, ¿cuántos años estuviste sin trabajar, viviendo del cuento, de las ayudas familiares y el paro, y no te movías de la poltrona sin que te vinieran a buscar? Pues mira a quién salí por puta desgracia. Ves la paja en el ojo ajeno pero no ves la viga en el tuyo. Menos mal que espabilaste a los cuarenta y pico, pero claro, no te quedó más remedio porque te divorciaste, dejándonos supertiradas.

Y como estás en casa de mamá y te consiguió un trabajito por un conocido, fuiste un enchufado más, por así decirlo, qué fácil todo. Oh, sin mencionar lo poco que durabas en los empleos y lo amargado que estabas. Si te salía alguno en el que solo librabas un día, lo rechazabas, te ponías histérico y te ensañabas con las cosas. ¿Crees que no me acuerdo de todo?

https://neorrabioso.blogspot.com/2019/09/60.html

Si no rompemos con lo establecido somos más de lo mismo: artistas ricos reivindicándose comunistas, viviendo de y para el mercado, vendiendo su talento al mejor postor. 

Duele pensar que los contenedores de poesía firmen sus obras proclamándose. Hay algo necio y poco serio en esas representaciones que se dirimen como vallas publicitarias de un autor. Siempre es más plausible el arte sin la coletilla del creador, y la actitud más honesta es la que no se manifiesta. 

¿Cuál es la diferencia entre publicar y publicitarse, citar o excitarse? No me entusiasma la coba, el autobombo infligido como demanda. No lo hemos hecho, no hemos estado ahí ni somos el origen de nada. 

Duele pensar en los poetas como niños a los que una madre atusa el pelo con saliva, con el tiempo estos mismos bastardos no harán otra cosa que orinarse en los pantalones. 

Los vientos soplan en contra de todos los egos y para creernos hombres hay que saber renunciar a los nombres, refugiarse en el muy plausible y factible anonimato, o al menos rubricar como timoratos alguna expresión  que no pueda ser corrompida por la ambición.

Puedo convenir con todas las críticas, incluso las más mordaces, sin embargo los elogios siempre me parecerán irrespetuosos.

Se puede disentir, odiar visceralmente la corrupción, la intolerancia y el fascismo -no tan residuales- que sacuden esta demacrada y contrita Europa. En democracias alopécicas, travestidas de bisoñé, los lobos se siguen disfrazando de corderos. Pero nada me parece más absurdo y banal que abjurar del capitalismo e intentar vender antologías poéticas a diez euros. Ante esa tesitura me siento como el culo de Blancanieves, después de pasarle por encima un quitanieves.

Un escritor debería dialogar con sus lectores, es el primer paso para una relación de recíproco desinterés. Nuestro ego nunca debería estar a la altura de nuestras obras, ilimitado y sin censura (si es que éstas adquieren ese cariz). Puede que nuestra tarea no valga la pena y que nuestra personalidad sea inmensamente superficial y aparente. Una buena persona suele escribir libros veniales, pero también es cierto que las grandes maravillas y las grandes mentes, por lo general, se desvinculan de la vileza y se desentienden de cualquier potestad.

Haz algo con tu vida. Haz el amor con un herbívoro o tírate a una vegana, conviértete en un parásito intestinal o viola una gallina..., concrétate en un herbicida. 

No uses calzones de invierno en los cuarteles de otoño.

Todo podría ser mejor, tan bello como un cuesco exclamando ¡oh! Cualquier cosa podría compensar este desgaste existencial, este vacío de esperma plastificado y masa encefálica corrompida.

Haz el amor con un tritón y dile "sí" a las Keres, o, por lo menos, cómete el ojete calcificado de un equinoideo. 

No uses calzones de invierno en los cuarteles de otoño.

Convoca a los espíritus y proclama tus bajezas. Echa limpia-cristales en la vitro. El poeta tiene una calcomanía en el ano y un cirio saliendo del candelabro. 

No uses calzones de invierno en los cuarteles de otoño.

Siempre has querido profanar sus manzanas, mas sus senos son patente de corso. Cuando Baba Aruj besó sus golfas cachas, afiladas cual guadañas, se tiñeron de ocres los crepúsculos, los peces comieron la pez como sucios mújoles de agua.

Blanca como el clarión de las pizarras, me acidifica el corazón con su dulce mirada. Tiene una forma de barrer que no barre nada, y a destiempo sigue el ritmo de la escoba. Me gusta el cepillo femenino, algo visceral, anormal y descerebrado; irreal, inocente y despatarrado. Estoy dispuesto a mostrarle que no es inconsecuente detenerse en el polvo ni impropio considerarlo un trabajo.

Un influencer es alguien que te llena la boca de semen mientras te sodomiza. Con la Inteligencia Artificial nunca te enterarás que Gomorra gobierna tus días. Para todos esos orejas de soplillo que se comen los mocos delante de un coach, sabed que sois la mejor aversión de vosotros mismos, el más grandioso y purulento acné del apocalipsis.

Para vender comida basura es necesario estar licenciados. Para estafar con ideas basta con ser licenciosos.

Refresca tu vejiga con la mejor cerveza del mercado. Regocija tu alma con la mejor hembra del bazar.

En cualquier momento te tirarán a la peana y otra vez a rasgarse la pana.

No estar es estar en ti. Estar en ti es haber abandonado todos los lugares.

No acaece como amor ni como voluntad ni como sangre, no sé cómo llamarle a esa ola de deseo y conformismo, a esa condescendencia sin correspondencia. Pienso, como Andy Warhol, que los coños deberían ser legales, porque aunque no los pruebes no te desagrada su olor.

Donde follar se transforma en joder (joder no es más que un gesto de agravio), amar se convierte en suntuosidad y hasta puede contener algo de refinamiento y pecaminosa santería terrena. 

El boato es mermelada en la tostada o mantequilla en el recto. El sexo embrutecido, pobre, simple y banal, es lo mismo que intentar comer pan duro sin saliva.

Es una buena noticia que haya salido de la cárcel. Por fin los niños discapacitados del Hogar Don Orione van a hacer voluntariado y dedicarse al cuidado de un presidiario.

He probado algunas vaginas, pero no me ha gustado, no me he tragado el humo y jamás volveré a fumar.

Con unos pechos enhiestos y un trasero descomunal como un orbe, nunca hallaré el perfecto escabel para su selecta nalgada.

Me arde el pináculo entero, de Nôtre Dame, en una escaramuza de incendios voraces (todavía no ha muerto el gallo que coronaba su aguja).

No hay mayor consolación que una ribera de alisos flanqueándote y unos dedos secuaces platicando la usura, Montparnasse en el sacro y un poeta en el íleon: enterremos allí todas nuestras frustraciones hasta estrangular las entrañas.

El índigo Sena es la humedad de su pubis y como un giboso trepo por sus cariátides, centellas y soles ascendiendo desde el averno, torcaces esculpidas en los sillares.

Ni Víctor Hugo hubiese imaginado tanta solemnidad ni mayor magnificencia que el de un corazón atrapado en el rubor esmeralda.

Mientras aguardamos milagros en el cielo, al albur de alguna estrella errante, estoy seguro que hay un emplazamiento en que el amor y la muerte contribuyen plenamente a la satisfacción, tan amplia como una extinción o un cataclismo.

Hacer porno es lo mismo que convocar a todas las estrellas Disney.

Si un niño australiano puede ser la reencarnación de Lady Di todo es posible. La familia real debe estar plenamente contrariada, incluso visiblemente molesta, tanto o más que si Hitler renaciera siendo judío e inglés.

La tierra con la tierra, el agua con el agua, lo vivo con lo vivo, lo muerto con lo muerto...

Yo también lo he hecho: negar y renegar.

En algún momento odiarás la poesía y te quemarán las palabras. Todavía no conoces tus límites, pero todo tiene un final aunque nada se acabe.

Está creciendo debajo de la axila, no creo que sea grave aunque me siento vulnerable y decente. Por fin una nalga amputable, hermosa como una canción de Metallica y un verso de Extremoduro.
He visto a alguna asiática con las mamaderas tan distendidas que era penetrada por los mismos pezones.
Nueve penes si profanamos todas las aberturas (más puertas que las de Apollinaire con sus siete llaves), solo así una mujer puede ser colmada de eternidades.
Me temo que los abisinios no podrán meter el glande en las angostas mazmorras reales sin agrandar el cielo con los dedos. 

Babilonia la grande se lió con un barbado. Por mucho que quisiera que fuera mía, por mucho que me gustara su entrecejo y se llamara Míriam (ese animal de botica). 

La muerte nos devuelve las emes como barquillos de papel y soldados de plomo. 

Porque las licenciadas nunca se acuestan con iletrados, porque los ojos inconmensurables son faros inmensos que solo ven más allá, porque a la ganzúa de un poeta solo le interesa el más acá... 

Ahora me resta una ene para llegar al precipicio, una Natividad de estrellas dolosas. Ten por seguro que caeré por un terraplén sobre una mierda de perro y me romperé la crisma y el ego. Que la engatuse un barbudo o le atuse un peluquero, si acudo a las barberías será por el couche de las revistas.

Cobrar por el cielo es lo mismo que llevar dos días en un resort. ¿Recompensar por el averno? A eso únicamente se avienen las Iglesias. Mi alma me aconseja no pagar, no pagar, ni siquiera por las prostitutas, ni siquiera por el lujo, ni siquiera por el amor (tal proceder pudiera ser tachado de mezquino). Pendenciero es el corazón cuando se carece de condón, proscrita la cartera cuando escasean los bolsillos. El hidalgo se embriagó de tus pechos alcohólicos, quiso que en tus panes cupieran dos sardinas para meterte mano con guante de seda y deleitarse con el vino de tu cosecha. A la heroína no le importa el cannabis, y a la belleza se accede por la fascinación.

Aunque el amor sea una invocación, no por ello dejan de ser oscuras sus imprecaciones. Ornamenta el vacío con el lujo y la ostentación de la integridad. La vida no es allí, subsiguiente. Como las aves del paraíso, la eternidad tiene los ojos tristes.

 ¿A qué llamar politeísmo si Dios es la vida?  la veracidad es maleable y dúctil como la arcilla, sin saberlo dormitas insomne y abducido. Flotando nunca profundizarás en una aseveración.

Que nadie te prometa la salvación en los instantes supremos supeditados al tránsito, cuando lo posible nos acoge con ánimo y presteza.

Cabalga a lomos de un delfín y batalla con Neptuno por una tierra ágrafa.

Llegará el tiempo en que la soledad será tan insoportable que te arrojarás por un precipicio y caerás de nalgas sobre el cuerno de un narval.

Nunca podremos plantar tubérculos en las constelaciones sin el pertinente abono, adiós definitivamente al árbol del pan y al vino de la ciencia. Vivimos en una isla y creemos que la Tierra está deshabitada. Vivimos en la Tierra y creemos que el universo es un erial. Estamos solos en un punto indecente de la nada, estamos olvidados en Laniakea. 

El paraíso es estercolado por los Dioses a diario, igual que un planeta arbitrario o el trisquel de una galaxia. 

Observé a una criada tirar de la cisternas y lavar los urinarios para desincrustar la firma divina de los inconmensurables retretes; más ella no es el principio de la creación, es la parte  irreal que me mantiene atado a este sueño. Quien ama estrellas únicamente desea abrasarse, quien recrea soles es imposible que no esté bronceado.   

Piensa mal de mi persona que yo siempre pensaré bien de tus pies.

Creo que toda la materia se atomiza en la poesía, se licua en el canto y hace brotar arbustos de la rocalla. Hay vida detrás de cada pensamiento y la heredad perdida recrea la forma de una precipitación. Nada es en vano, por más que pretendamos el mortuorio silencio, la benevolencia del hurto o la degradación del ayer. 

Cuando nos lo relató no insinuamos nada, la perplejidad no estaba conferida al acto en si sino también a la forma de sincerarse sobre la cuestión, además enfatizó que tenía una vagina grande y hermosa. Está claro que cada cual elije a sus amores entre la piara y no somos nadie para juzgar gustos tan dispares ni inclinaciones tan profanas. Nunca me dejará de sorprender el alma de las violaciones, y que aquel ser con el que se yació acabe en una chacinería; puede que en tal caso, el matarife, el comensal y el amante comparezcan en la misma persona.

No podemos echar ancla donde no hay mar, ni navegar donde no hay océano. No existe árbol sin raíces y el amor lo quiere todo del amor. Para qué atizar unas llamas que no arden o unas brasas que no queman. Rescoldos y lamentaciones no avivan hoguera si no alimentamos el fuego. Para qué fingir el ojal y el botón cuando apenas quedan aureolas en el lienzo. Deja que se apague y se mustie, la primavera y la flor, aunque el amor lo quiera todo del amor.

Cuanto más cerca estamos de la muerte más añoramos los besos de la infancia y los labios de la infamia.

Los enmascarados se mueven entre bambalinas, y hay que saber auparse como malhechores, pero lo más grandioso es el suelo y a éste únicamente se accede de cuclillas. En consecuencia, poéticamente hablando, lo más apropiado sería cubrir la trivialidad de refinamiento e intuir que la distinción es la más ordinaria de las frivolidades. Un pordiosero no puede embaucar a su perro. Cualquier poeta tiene un don, un brillo en la mirada que exalta algún tipo de perplejidad y locura, una riqueza banal e inconmensurable que solo puede surgir de la exuberancia.

Podemos soñar dentro de un sueño que soñamos, hasta evidenciar que la realidad es un reflejo infinito de ese sueño.

¿Crees que no lo hacemos a propósito, observar la piedra y golpearnos? No hay nada más voluntario que la herida.

Una levedad azul, una oscuridad de tránsito... Un flash, una nueva perspectiva para emprender el amor hasta recomponer el alba.

La cornamenta que nos ponemos a nosotros mismos es la que mejor nos sienta.

No me concedáis malditismo, dadme humor maldito y humores malsanos.

El caballero se desposó con la melancolía

Después de las nupcias al amor se le cayó un empaste (ese desafortunado incidente podría haber dado con el matrimonio al traste). Sellaron el desperfecto pero ya no era lo mismo, su expresión asemejaba un rictus sucio y tosco,  capaz de asesinar a una torcaz. La belleza desdentada es terriblemente insatisfactoria.

Con el tiempo se le desprendieron mechones de cabello. Todos los días tenía que soportar una mollera sin folículos. Visto los precedentes no gastará nunca en peluquería.

Un globo ocular se le desligó de la órbita, vagueaba perdido por la esclerótica. Ahora sabemos que el himeneo nunca se mantiene impoluto e inalterable, pues mientras un sentido observa a Venus, el otro apunta siempre a Marte. 

¿Cerrarías las puertas cuando no hay nadie en casa? ¿Cerrarías los ojos para besar a un fantasma en la oscuridad de tu alcoba?

Demasiada avaricia es no poseer nada. Dime cuán pobre eres, dime qué carencia reclamas. Soportas sobre tus hombros el agravio, mas la providencia te asiste. Mientras un cuarto de ave sobrevuele tu estómago, da gracias a los cielos por todas las migajas.

De miles uno, de uno una pléyade.

Desde la espiritualidad cualquier transacción es pura, cualquier sentimiento honesto, cualquier epígrafe una obra.

De todas las respuestas siempre elegiremos la incorrecta aunque acertemos con la elección.

Vengo aquí, día tras día, para complacer a la Diosa de los Desharrapados.

¿Por qué tenemos que contenernos amortajados cuando podemos sucumbir ante un hado? 

Siempre existirán lugares ociosos en los que la bondad se confunda con la permisividad. Somos abnegados al elegir nuestros vicios y delicados a la hora de transigir.

¿Por qué te arrodillas, alma, sobre tu infortunio? ¿Qué infranqueable negación acaece en la noche? ¿Acaso el consecuente mañana no vendrá complaciente a recibirnos? Nada, absolutamente nada, se adhiere al pellejo como el amor de las garrapatas. Las apariencias y el subterfugio se diluyen en el océano. ¿Qué olfato puede contener el imprescindible aroma y atraer carnívoros a su heredad? Tus ojos son como el ámbar entre paredes de caolín.

Para un ser inmoral, la ingenuidad y el recato son las más bellas tentaciones.

Eres como un saco con huesos y ya nadie te desea por tus huesos.

Cuando escribimos es necesario escupir a nuestros ángeles y reírnos con nuestros demonios.

Un obsequio sin envoltorio no se puede llamar presente.

El pollito graznó, el patito pioló. ¡Esto no puede ser!, dijo Vox. El perrito maulló, el gatito ladró. ¡Esto no puede ser!, dijo Vox. El gallo montó al pato, el perro montó al gato. ¡Esto no puede ser!, dijo Dios.

Permitidme observar la vida como Mary Kingsley entre antropófagos.

Por culpa de tus encantos perdí las medias, pero era precavida y nunca me saqué los calcetines.

¿No has tirado alguna vez algún objeto valioso a la basura porque lo creías innecesario? Así yo, mis dulces animales con alma.

Por fin he llegado al Cagadero de los Dioses, no sin ningún apretón, justo en el solsticio de invierno. Mira lo que comes, que viene a ser lo que elucubras y defecas, me sugirió Mercurio, el Olimpo no puede soportar ciertas fragancias, aunque alguna vez lleguen a apreciar la cochambre de tu literatura.

¿Era literatura? Nunca supe darle nombre cierto a un arte tan intestinal, pensaba que las tripas arruinarían cualquier alfabeto con su jactancia y aroma.

Con el tiempo quedé embaucado a propósito de la escritura automática, como creo que practican las ovejas y las cabras por los prados, y como el mismo Fauno prodiga en abundancia. Cada deposición es una vocal o una consonante (Mierda Rosetta),  hasta el punto de hallar sílabas, palabras y locuciones descifrando cagarrutas, y, cómo no, ingentes versos de Erato.

Desde aquella no doy abasto con las composiciones, siguiendo la trashumancia detrás de la mesnada. 

Si una mujer te observa con ojos atléticos, tendrás que encaramarte.

Mi bella Artemisa, dedícate a cazar hombres y a liarlos como papel de fumar.

¡Jane, Jane, quítate las bragas Jane, llega tu hombre! ¡Pero, mamá, prefiero que me las baje en tu presencia mientras te muestra sus cumplidos!

Nuestras inclinaciones consisten en burdas e ingenuas aproximaciones a la concupiscencia, tan aparentes como el mismo lenguaje.
Cada movimiento acompasado, inocente o no tan inocente, está cargado de sensualidad y erotismo. La poesía, la música y la dilección son genitalidad pura, generalidad asumida disfrazada de afecto. La máscara consigue ocultar nuestro rostro hasta que adoptamos su entera personalidad.
El amor ya no es ese anhelo sobrevenido, producto de la admiración y el ensimismamiento, ahora tienes que crearlo y recrearlo, y después también criarlo y malcriarlo; y sin embargo te lamentas de soledades adulteradas, pero los ojos que te ven, tú los ves, y los ojos que te aman nunca los conocerás.

A veces el sexo no entiende de amor y el amor no sabe de sexo, en tal caso busca a alguien que te ame bien, y otro, u otra, que te lo sepa hacer.

Escribir es un severo acto de narcisismo que la mente sublime no se puede permitir. Hay vidas más interesantes que cualquier obra. Definitivamente debemos huir de los personalismos,  el hombre solo es un intermediario entre el estro y las musas.

No era nadie antes de conocerte, seré nadie después de perderte.

LOS INQUEMADOS

https://www.youtube.com/watch?v=09NqLjHJtGQ

Estaba tan enamorada que echaba espumarajos por la boca igual que una rata rabiosa (tuve que apartarla con un palo de escoba).  -¿Deseas besarme? Algún día alguien me querrá como para golpearme-. Le di un puntapié y le sangraron los morros. Ella sonrió, le agradó mi delicadeza, y sin pensarlo me enredé en su lengua. Con la peste de mi aliento lamí su culo opulento, lleno de abscesos. Por cierto, no siempre hombre y roedor son como hombre y horror. Acabamos rotos, contagiados de hidrofobia; o, lo que es lo mismo, hipersensibles a la Coca-Cola. Tratamos de hacer espagiria con nuestros versos, una relación a través de la alquimia y los cuerpos.  -No sé quién soy. ¿Crees que eso es posible? Por favor, hazme ser lo que seré-. Mi bella dama, harapienta y sarnosa,  nosotros somos los inquemados..., y lo demás no importa.

El cielo es una montaña que solo unos pocos pueden escalar felices.

En cualquier momento me enamoraría de un chocho peludo de la muerte, incluso me pondría peluca para ser su esclavo. Podría decirse que soy un romántico, maníaco-depresivo del sexo. En cualquier otro instante observaría en una mujer tantos defectos que la belleza misma me parecería insoportable.

Debajo de un cocotero a mi amor le cayó un coco, entonces perdió la cabeza y pudimos hacer el amor sin contratiempos. De su cráneo roto le salieron dos cangrejos, tenían pinzas doradas, tenían pinzas doradas... Pude ver como el ocaso, en aquel instante, bañaba sus sienes. 

Un ermitaño se escondió en su párpado, te juro que su testuz era el más hermoso palafito, con una negra techumbre como cabello. 

Besé sus labios, ardientes como el magma, y me comí sus babas. Yo, que no era muy pedigüeño, me detuve en su ombligo antes de probar sus mares. 

Debajo de un cocotero mi amor perdió el coco. Mientras me asía a sus palmeras, de su cerebro borbotaba un champán rojo como la tiña. Me embriagué como un borracho, en Tanna, de sus despojos.

El hedonismo que no se contiene en el lenguaje es inconsistente. Si se está algo apático es razonable restablecerse con la obscenidad de las palabras; pero, de lo contrario, nunca se debe recurrir a los sabuesos ni a los placebos. En el amor es mejor pensar en los infiernos que en los cielos, también es preferible detenerse en los demonios antes que ladrar.

Mientras lees las notas de un libro abierto, otros labios enmudecen con el beso del mal. Tribunales y tribulaciones no son nada, al lado de unas cachas bañadas por el sol. Puedo asegurar que todos los ciclos selectivos son panoplias y pamplinas comparados con unos ojos bellos. El mundo de los decesos nos espera detrás del engaño colectivo. No me hables del rigor de los expedientes, háblame mejor del rubor de las estrellas, de nadar y sumergirse en el poniente, de regresar desnudos donde no guardamos la ropa. Aborrezco toda la psicología positiva. Es hora de naufragar en lo profundo de un sentimiento y su némesis. Si con el pensamiento mueves un átomo eso no significa que debas esforzarte en mover muchos más.

Es obvio que un ego siempre conduce a una encerrona.

El cuerpo es basura reciclable, el alma es la auténtica polución.

El mal que no es mal, dura un instante que no es un instante.

Estoy buscando una trasquiladora de ovejas para una primera cita, o un obstetra de ganado vacuno. Los motivos son evidentes.

No importa que el dildo sea un diamante, un agujero siempre es interesante.

¿Por qué mostrar el "camino oculto" que todos hemos de recorrer algún día? ¿Tan impúdicamente es necesario el guante para separar la primicia del objeto, la raíz de la copa? Oh, amor privado que juegas a yacer con el pensamiento, no te retractes nunca de la pureza.

Cuando quiero implicarme con la humanidad, a mi "yo social" siempre le duele la cabeza o está menstruando.

Arrojar la piedra

Hermoso torso heleno con la declaración: soy tuya, polvo y mármol, haz conmigo lo que el cielo hace con los pájaros.

Sin duda todas esas aves querrán picotear tus encantos, corretear y hacer un nido en tus manos. Dicen que la belleza debe ser tomada de la belleza y es imperdonable la fealdad para esas ocasiones especiales.

Reconozco que vas a romperme por detrás y meterás un pie en mi garganta hasta tocar la campanilla con tus dedos. 

Estoy sediento de algo inmensurable y deseo mil agujas para sentirme un puercoespín o un insecto. 

Jadeas a un ritmo sincopado, nunca he podido seguir el compás de un tango. La música se emancipa del baile y amarse es como un terremoto en braille. 

Dejando caer la piedra has atinado en mi pellejo. Sé que todas tus palabras tienen dueño, pero por qué no hacerlas más diáfanas y pensar que enteramente nos pertenecen. 

Hay que ser insensatos para pensar mal de los ángeles y reclamar bondades a los demonios. He sido imprudente, lo confieso, al fin y al cabo solo los payasos cejijuntos tienen un puente entre los ojos.

Hay una profunda verdad en esto. Leía no hace mucho que a la categoría de “lo sublime” solo se puede acceder desde el dolor o el terror. Me soprendió mucho esta reflexión estética de un pensador británico del siglo XVIII, pero es cierto que hay niveles a los que solo se puede acceder desde el dolor. Hay una belleza, solo perceptible para los que han sufrido. La felicidad boba cuando equivale a una cierta inanidad no lleva a un profundo placer ni a una visión más alta.

Joselu

Tirando de los extremos hacia su punto de inflexión, se vence la elasticidad de los cordajes, se deshacen los nudos. Supongo que otra forma de espiritualidad es perceptible, incluso es posible escapar de las prisiones y dirigirnos a la supuesta paz de los liberados, desahuciados.

Hermosa reflexión, la tuya. Tal vez la "sublime poesía" solo pueda ser dolorosa y terrorífica, rasgándose como la seda hasta el Mar de la Serenidad.

Cariño, deja de ser un aguafiestas y únete a la fornicación.

¿Conoce la superficie lo que se halla en el abismo? ¿Conoce el abismo lo que se oculta en los cielos? Así el hombre es incapaz de comprender las profundidades y las alturas.

Me gustaría cabalgar tu culo de ánsar, anátida mía, palmípeda de mi deseo, pero hoy la vida rehuye el canto de los pájaros austeros. Todo se confabula contra los sueños. Los poetas no cejan de importunar con sus trinos y creo que le quedaría bien a tu bota el trasero de un mirlo, o el zumbido de una mosca. Turbia agua, agua turbia, déjame acariciarte como una pocha.

El dolor es terapéutico, y el daño a veces se corresponde con el placer.

Nos permitiremos ser infieles siempre que lo deseemos, esa debe ser la única condición de nuestra fidelidad.

El ángel de ojos ambarinos dejó los cuadernos y los números para hacer el amor sin preservativos. La matemática del placer pareció contrariarle, ninguna ecuación perfecta eyaculó en su sangre, cifras y más cifras nunca trasgredieron la inmortalidad.

Preservar el tallo antes que la flor, para poder sustentar la pérdida y reclamar el aura.

No era nada, y sin embargo un fría tristeza se apoderó de la razón, un frío desistimiento.  Solo aguardo que el vacio carmesí llegue a su alma y mueva el infinito hacia la premonición. No era nada, pero la idealización es como una ola. Me consta que embarcaciones de ese azar fueron naufragio y destino.

No por ser genial una escritura es más comprensible. (Ortega Palomares)

Ni por ser genital, más incomprensible.

Siempre perderás aunque conserves la inversión. Dejarlo todo, desposeerlo, es la única ganancia.

Estaría más a gusto si los críticos vomitaran y sufrieran una indigestión, es más factible ser reconocidos por nuestra intrascendencia. 

Si te apetece me pongo los dientes de caballo y te relincho al oído; o los de escualo, y te como una nalga. Con mi jeta de equino y mi corazón de arenque espantaré todos los tábanos y atraeré a todas las rémoras. ¿Te gustan las tabardillas, las colas de ratón, los atunes irisados? El músculo cardíaco se inflama como un cuerno celeste, está a punto de estallar el Sagarmāthā y las nieves perpetuas te helarán la sangre, montura de tiburón, paja y herraje.

Hemos follado tanto que podríamos estar un día entero sin pestañear. Nos hemos amado tanto que nos arden las pupilas, de tener los párpados cosidos a las cejas.

¿Ignoras? ¿Ignoras que el matadero quiere a sus pollos sin entrañas?

¿Soy el único que desea acostarse con su jefe y hacer horas extras en la cama? Ser mal pagado no entra dentro de mis planes, ser mal amado no es una práctica retributiva.

Hent-eon - Chemin d'écume

A menudo creo ver señales por todas partes, mas nunca me ha distinguido un oráculo certero. Frecuentemente los pensamientos nos contradicen y los iluminados raramente pertenecen al gremio de la luz. Tal vez los dioses estén jugando con nosotros. Tal vez el amor solo exista como una inmensa fabulación y confabulación, paradoja a través de cierta química corrosiva e infructuosa en el cerebro. Creí que me buscaba, absurda tropelía, pues yo sabía huir de todas las manifestaciones del deseo como un gusano infecto con mil perjuicios en el ano. Corazón y riñón están cerca de lo insoslayable. La belleza es maleable y defectible, los momentos deben ser obviados por los momentos; los recuerdos, sepultados en la tierra.

Somos instrucciones de la confirmación, no existe la renuncia.

Si  a un hombre le quitas la dignidad se lo arrebatas todo, pero he ahí que algunas cenizas son más valiosas y excelsas que el oro. 

Puede que más que tus gritos y gemidos, me ponga una alarma antirrobo cuando están jodiendo un coche.

Es mejor un viejo loco que un loco con viejos sueños.

Casi siempre es conveniente estar callado, con toda la inmundicia de la mente flotando en un sumidero.

Conozco, conoces, conoce... ¿Conoces? Nada es conocido.

Observa atentamente... Los prestidigitadores hacen magia con el onanismo.

Somos enormes, eternos y brutales, como payasos autocomplacientes aquejados de narcisismo.

Nadie desea lo que puede conseguir y menos aquello de lo que se puede prescindir, así que a la hora de amar no te conformes con un trastero, un sótano o una simple buhardilla; y, en todo caso, acepta que un garaje es inapropiado para el esparcimiento.

Hasta los perros hablan francés, y tú dices que careces del pudor y los recursos para ladrar.

Mueren los poetas, ultrajados como rameras, encumbrados como dioses, pedantes como sabandijas, sarnosos como canes, abandonados como colillas, ignorados como lagartijas, prostituidos como meretrices, relegados como tornasoles... ¿Y resulta que tenemos que pagar por sus dones, obras póstumas mediante, Ars Amatoria incluida, cuerno de terciopelo y baba de caracol; filibusterismo de otredad, simposio del hambre, rescate del piélago, despojo y fosa común? ¿Por qué diantres habéis sido creados y qué perra harapienta os parió cual abortos en un triste madrigal? Alzaos sobre los pupitres, pedigüeños, bestias lacustres, lascivas y quejicosas, hermosas y horrorosas, ornamentales y banales, para proclamar el instante  del carámbano y la cutícula.

Tengo una cita con mi álter ego. He dispuesto un mesado, una buena disposición junto a una agradable decoración para pasar la velada. Estoy enamorado de todo él, de sus defectos, virtudes y atributos. Hace tiempo que deseo contárselo, pero últimamente me ha sido imposible debido a unos infundados malentendidos.

Me muero de ganas de estar a su lado. No concibo la vida sin su compañía.

Fatídicamente he descubierto que mi yo me engaña, que son de otro sus cuitas e intereses. Estoy inmensamente afligido porque ignora parte de su felicidad.

Todo el cosmos acata las leyes de la judicatura. La gravedad no es más que un mazo dictando sentencia.

No siempre aprovechamos la lágrima en el fondo del ojo, ni la mirada triste se percata de su entusiasmo.

Algunos soñamos algún tipo de belleza que por extrañas razones desprecia los divanes.

Uno es siempre dos y dos son siempre multitud, multiplicidad y horda de cadáveres.

«Yo antes practicaba la coprofilia con él», dice la chica. «Es mi hez novio». G. Noguera

Te felicito. Por fin una entrada digna de nuestras deposiciones y una muchacha resuelta a no dejar escapar nada por el ano. En mi caso, me encantaría tener un mojón de novias.

El placer no se escribe sin un buen sacapuntas. Muchas mujeres se comportan como simples afilalápices cuando realmente deberían actuar como rompecrayones.

Por lo tanto, la libertad perfecta y autocomplaciente es esclavitud, y bajo la sutilidad de sus prisiones se urde el convencimiento del paraíso. 

Necesitamos personas poco sofisticadas e infelices, cuyo malogro (escatológico escalofrío), sea consecuencia de la crítica, incluso de la ironía.

Ningún hombre puede ser libre sin sufrir en carne propia la rectitud de sus principios y la laceración del alma, lejos de los intereses comunes que nunca han estado más allá de la parcialidad y la lógica.

Si sueñas despierto es que estás viviendo dormido. 

Si tengo que volver a nacer lo haré como uno de esos parásitos que copulan sobre tu rostro cuando duermes; esos que se atiborran con el sebo de tus mejillas y desaparecen sin excretar los manjares que aman, hasta el último día guardan sus heces en sus vesículas y solo se desprenden de la tez para morir.

Si no vamos hacia lo desconocido, si no viene a nosotros, se nos acabará el tiempo de abrazar el mundo.

La vida es soporífera si todo se reduce a ser inglés; y entretenida si todo acaece en las ingles.

¿Cuál es el rescate para nuestra supuesta salvación? ¿Quiénes son los muertos de nuestra necesidad?

Sea cómo fuere, los amantes terminan por encontrarse aunque permanezcan ignorantes de su suerte.

Nadé tanto, nadé como un oso, que al llegar a la orilla e intentar hablar parecía un gangoso. En ese momento preciso, una declaración de amor se confundiría con un exorcismo, y decir "te quiero" sería como invocar a los demonios.

Toda sabiduría es necedad, comparada con la turgencia de unos senos. Los completos iletrados te darán lecciones de distopía y querrás succionar como un gorgojo la savia de sus cueros, tomar de su lascivia la absoluta belleza.

La providencia retorna una y otra vez para construir castillos de arena donde arrasan las olas. No me cuentes historias... Mama y olvídate de la civilización, aquí en el pecho solo existen los dioses.

Pearls on you

Instructor y colegiala corriéndose hasta la demencia en el despacho rectoral... Bravo por los vicios de la erudición, por todas las perversidades y reválidas juntas, si así son las clases cómo serán los exámenes de selectividad. 

Solo una nota de disconformidad. La visión es demasiado masculina, demasiada orgía menesterosa en la retina, demasiada cecina en el ágape sin su justa guarnición, Minueto y Badiniere descarados, cuando lo femenino todavía pertenece a la decencia y la intuición... 

Me explicaré: antes de arribar al sexo en profundidades, cualquier mujer desearía que el Mar Rojo se abriera con una plegaria de amor. Para llegar a la Tierra Prometida, yo mismo haría de agorero.

Mientras exista el ego, parece que todo lo extinto se negase a desaparecer. En el peor de los casos somos idólatras con nulos o escasos recursos jugando a la autosuficiencia de las palabras. Tengo guardadas esperanzas en que siempre habrá lugares para futuras corrupciones, puesto que debemos seguir alimentando alguna forma insoslayable de egoísmo individual e intelectual, estupidez colectiva y gregaria. Lo sarcástico, a estas alturas, es que aún no hayan muerto los poetas cuando las deidades ya han sido desterradas de todas las doctrinas. Podríase decir que el cretinismo sobrevive mejor a la carencia que la utopía a la ausencia de ideales.

En el fondo todo es una feria. Los escritores somos como caracoles de caseta babeando por una firma. Además de dedicarnos a la helicicultura de la infamia también nos dedicamos a la recolección de usufructos. 

Frenología

En el momento anterior a ser mensurados, los sesos de Whitman se desparramaron, cayeron al suelo y fueron barridos de entre la inmundicia. Un digno fin para las mentes sensibles y el refinamiento poético.

Incluso detrás de lo invisible hay algo que acecha a hurtadillas.

Pero somos humanos, y el sexo es la avanzadilla para no pensar, no calcular, no ser inteligentes; y, por lo tanto, determinarnos como especie. Lejos de lo humano solo existe una vacía calculadora, un lector de nubes y una entelequia formal.

Siempre estaré a sus pies y a su servicio; pero, señora mía, ¿consideraría romperse una canilla para que pueda seguir disfrutando del placer de su compañía? Lo digo desde la más absoluta consideración hacia sus tobillos, incluso desde la ingenuidad de un esguince y el aprecio del corazón. No deseo apartarme de su afecto ni privarme de su cercanía. Puede usted explayarse en el dolor, sobreactuar los detalles y las consecuencias. Confío que ese contratiempo no me impida escucharla tocar el piano con la base del talón, al menos un preludio de Chopin.

Amor, no te vuelvas decente, el membrillo es astringente. Defecamos microplásticos, (algunos, incluso, envases de poliestireno expandido), y aun así la degradación no es objetiva ni voluntaria.

Posee esa sonrisa preternatural, tremendamente sensual, igual que un ojo de lechuza o las pinzas de un cangrejo.

Al final me convertiré en un globo de feria, copulando en un colchón hinchable a una muñeca hinchable. 

Con la miel en los labios y esa alegría bastarda de vivir, tengo la mente como una mujer preñada antes de concebir. ¿Quién dejó encinta al poeta y bajo qué subterfugio creyó en el amor? La leche de sus pezones es agria como el vinagre pero su vino es dulce como el deseo.

Caperucita feroz ya tiene un Lobo encarnado entre las piernas.

Hasta de una rata oportunista puede surgir un regalo de los Dioses.

¿Qué es lo peor, la ignorancia, la muerte, el tránsito hacia el precipicio, el dolor de una existencia inane, el desequilibrio, la materia? Mi mayor temor es no hallar sentido a una vida plena de satisfacciones.

Hay grados de indignidad, de carencia e ignominia inasumibles, pero por lo general todos los hombres son ricos: la pobreza es un estado mental.

Tal vez la totalidad de los posibles esté siendo escrita en este preciso momento: la determinación depende de la lectura.

Tiene que existir alguna forma de perderse, amar perdidamente, reconocerse perdidos, hallarnos perdidos, ser la perdición...

Momentos bajos, nada más, en los momentos bajos es fácil que penetre la flaqueza y la puerta está abierta a todas las humillaciones.

Tengo que contraer un mal incurable o comportarme como un hipocondríaco patológico del sexo, fijarme en sus manos, comprobar la ausencia de alianzas, percatarme de una identificación con su nombre... En ese impasse, que será eterno, me perderé en los detalles de su cabello, en el esmalte de sus uñas, en la gracia de su figura.
Nunca me mirará con franqueza, nunca condescendientemente. La lectura de un prospecto es más interesante que cualquier poema y los poetas jamás han sabido vender sus pócimas sin parecer ilusos y pedantes. Es mejor un arañazo, un hematoma, tirarse los platos a la cabeza, a un cielo carente de delaciones.

Cuando algo es tan intenso tiene que tener un punto débil, un escape escatológico hacia el amor o el humor para arponear sardinas como ballenas. 

A veces el acontecimiento es insustancial o circunstancial, solamente lo evocado parece estar dotado de sentido.

Dicen las leyes de la cuántica que solo observando la vida se determinan los sucesos. Los instantes irrespetuosos y ultrajantes gozan de mayor vehemencia.

¿Quién eras anteayer, quién serás después de mañana?

Solo tú puedes hablar desde la ciencia; yo, únicamente, desde la especulación de un parásito intestinal.

Eres tan dulce como el agua del grifo cuando se tiene sed. Hago gárgaras y me aclaro la garganta con el cloro del bidé.

Detenta esa mirada núbil de niña ingenua, unos labios como los Jardines Colgantes de Babilonia, una encerrona para todos los malditos burócratas de Europa. 

A cierta edad dejan de importar los traseros y nos centramos en la expresión de los ojos, los dientes, la disposición de las orejas debajo del cabello, el terso frontispicio y la arruga del entrecejo, la lasitud de las mejillas y esa manera de cimbrear el polvo con los párpados. Se idealiza la beldad de una rosa con eccemas, tierra arrasada y quemada, con una azada de enamorar y acariciar tardigrados con las pestañas.

En la polinesia una mujer podía tener relaciones con cualquiera hasta que decidía comprometerse. En occidente preferíamos comprometernos para empezar a relacionarnos.

La cubertería nunca ha dejado de ser caprichosa cuando se trata del ágape. A grandes rasgos el menaje sin plata también es servicio.

Huérfanos somos de toda eternidad.

Compararse con los poetas eternos es como escupir al viento y pretender salpicarse de oro cuando la realidad nos devuelve sus esputos. Nosotros solo somos simples alimañas, gusanos de lo humano, moscas del cadáver de la literatura. ¿Qué haces que no corres a golpes esas pestes? Alcanzar la cumbre es estar siempre mucho más abajo que el sol.

Ahora que no poseo nada puedo ir a una biblioteca; puedo, incluso, robar algún ejemplar de una librería o pedir libros prestados y desahuciados por los hogares; puedo también quemar poemas y párrafos enteros para calentarme los nudillos una noche fría: los hombres que sueñan historias se deleitan con las pavesas.

Ardes de crímenes y necesidades por todos los costados. Las ideologías siguen teniendo cuentas corrientes y testaferros. ¿De verdad piensas que hacer una hoguera conseguirá dar sentido a la existencia y cambiará lo inmutable? Cuando acaben los títeres de fuego, la sangre y los mares se volverán espesos como el hambre.

¿Qué es capaz la mediocridad con sus palabras? Tal vez jugar a la especulación o limar asperezas hasta alcanzar el ingenio.

Es difícil allegarse a los astros; mas, entre todos los despropósitos, con un poco de empeño, quizás sea factible algo de ilusoria iluminación.

Danos una esperanza para hallar entre tanta monstruosidad la cautiva belleza (A. Trasobares)

La "cautiva belleza" solo es apreciable entre la crueldad. ¿Cómo reconocer la verdadera hermosura, la unánime, la incomparada, de entre toda perfección, si no es porque el mismo paraíso recrea abominaciones?

En la barra, una muchacha morena con aires desaliñados, bolso rosa y tanga encarnado (tal vez un estereotipo como el poema y el hado), dijo algunas palabras en un lenguaje avieso (el cielo también puede ser funesto) y al marchar pidió fuego. Ninguno de los presentes fumaba y con menoscabo nos tildó de chicos buenos: ¿es que no hay aquí hombres malos, realmente malos? Los tímidos lobos se ocultaron al observar los encantos del maelstrom.

Y resulta que la pasión es el instante de un bebedizo, en cuya copa la eternidad es ebriedad.

Acabaremos como hipócritas en la orla de un pañuelo con todos nuestros pensamientos dibujando un borrón, primavera y estornudo en un ruborizado beso y nuestra alma hecha un jirón. 

Yo era un juguete roto que te hacía cosquillas en el coxis. Tú eras para mí, adentrarse en las Columnas de Hércules para circunnavegar el mundo. 

Creo que la magnífica belleza se detenía ante mi rostro, deseosa de profanar tus orillas. El mapamundi de tus orgasmos lo habría recorrido por entero, de las costas de España al Mar Egeo. 

Dicen que a la tierra regresan los ahogados, vomitados por los océanos. Fuego de Orleáns en el brillo de tus ojos y un perjurio en el Loira. 

Solo los gigantes pueden descorchar el ocaso y beberse a sorbos el ocre impúdico de las botellas.
Nada amo más que el estrecho de tu Bósforo; la risa de tus labios, infantil e incrédula; tus senos encendidos como las luces de Constantinopla. 

Únicamente los engreídos creen en los versos, soberbios, jactanciosos, arrogantes y envanecidos, sin límites para la modestia.

Sumió hasta el suelo su mirada, elevo hasta el cielo mi intuición. Aun comprendiendo que detrás de unos ojos no hay nada, más que una vanagloria absurda, una idealización de ser o una premonición dormida, debemos hacer poesía con el menosprecio de las horas.

Si todo acaba en la belleza reposada, por qué no partir de ella hacia la serenidad.

Para los tiempos en que todo sea futuro, incapaces de observarnos con realidad u objetividad, qué hacer cuando el subyugante fulgor no dejé lugar a las declinaciones.

La conveniencia de los lectores no deja de ser una inconveniencia; y, bajo ese mismo prisma, la insistencia en pretender ser reconocidos.

Un hombre atractivo querrá hacerlo con todos los ángeles, por lo tanto puede ser mejor un diablo que no ronronee o un fauno con pezuñas.

Hay cosas que se pueden conceder si se piden, así que piensa bien lo que tienes entre manos.

Si procedemos de la nada es posible que no vislumbremos nada en absoluto.

Nunca a gusto, nunca agosto...

La poesía deja sus marcas, sus huellas, la soledad de sus cicatrices. No sé si creerlo, soy incapaz de testimoniarlo, pero las palabras de un hombre deben valer sus consecuencias. Consideraba que lo había perdido todo por la poesía (tal vez la magna copa sublime esté llena de perversidades y vicios). Esquizofrénico, ex-drogadicto, alcohólico y maldito son los mejores atributos para la lírica, la carta de presentación de un aedo. Los enormes talentos de un dios renegado, de un rey denostado, hoy mendigan entre el ingenio y el hambre. La vida impone un precio y un límite. Reconocernos es profundizar en el desprecio.

Nunca has dejado de ser tú, semejante a todos los que fuiste.

Todas las conjunciones son por placer, como hechas de materia y encargo, pero formar y transformarse son iniciativas del alma.

Me gusta tu manera de escribir... Te invito a pasar por mi cama para autografiarnos y firmarnos a solas las solapas.

-El encuentro fue muy improvisado...
-¿Pero comió?
-Sí. Se lo llevó todo en un táper y me dejó embarazada.

El infierno real no es estar abajo, siempre abajo, bajo las suelas y los talones de la opresión; sino estar arriba, siempre arriba, encumbrados, perder todos los sentidos y la perspectiva hasta corromper los valores y el ánimo. Como dicen los filósofos, es peor cometer una injusticia que padecerla.

Hay cadáveres con la virtud de estar más vivos que nosotros. Deberíamos comprender, por un instante, que la muerte nos acerca al origen y no al final.

Es vana la insistencia en querer demostrar que somos otro.

La fantasía crece en medio de esas asunciones, adversidades e infortunios; la poesía encuentra templanza en lechos calientes.

El esfuerzo por ocultar un pensamiento acrecienta la obsesión.

Ojalá comprendiera lo que ignoro, incluso lo que creo saber.

¿Qué puede ser más grande que un Rey y tan excelso como un Dios? Un bufón compungido.

No creo que una mujer sea de ningún hombre, creo que todos los hombres pertenecen a una mujer.

Puedo ser machista a la hora de escribir, pero en el momento de relacionarme no me importa lavar los platos.

El más sutil de los placebos es la mentira poética: un veneno que mata lentamente, como la mayor parte de los vicios permisibles.

Esas amables criaturas nos muestran el camino y nosotros nos afanamos en crear un enemigo y darle alas. Si tropezamos con un escollo nunca nos detenemos a pensar en el profundo discernimiento que nos ofrecen las piedras, o, en todo caso, cómo asegurarnos de evadir su coyuntura.

El cortocircuito es el único método para saberse bombilla.

El más cruel de los opresores piensa de si mismo que es un marginado y un incomprendido social.

Defiendo el hoyo y la trinchera para cualquier fusilado, una simple oquedad en suelo árido y oprimido, sin liturgias ni solemnidades. El viento del olvido es el principio del tránsito, la plegaria (solo las mujeres pueden parir y enterrar a sus bastardos). Los cementerios son demasiado suntuosos y clasistas, oscuros de boato y almas luctuosas. Prefiero el humus a los panteones y los nichos, la trascendencia del gusano y la raíz de la tierra.

Bienvenidos al cagadero de oro. Aquí vuestro detrito son lingotes y doblones. ¡Prohibido tirar de la cisterna! Los pozos negros y el mar ya tienen demasiados pecios en sus entrañas, demasiados ahogados en sus orillas, demasiados cadáveres en sus abismos. Vuestras perlas no deben volver a la fosa. Ya no sirven los desatrancaderos para recoger pepitas de los desagües. Se ríen los pobres con media onza entre las muelas y una libra de poesía en el corazón: la hogaza y el hambre.

Lo más parecido a un tirano es un demócrata convencido.

San Jorge, si regresas, salva al dragón y mata a la doncella: la bestia de belleza subyugante.

Ninguna rosa se marchita sin el deseo de volver a ser flor.

Las pesadillas son interminables; los sueños, breves. 

Pero, siendo pobre, solo soy dueño de mis sueños; he extendido mis sueños bajo tus pies; pisa suavemente, porque pisas mis sueños. (Yeats)

Por mucha cautela con la que pises siempre llevas mierda en los zapatos, las heces del cielo en los tacones. Mis sueños apestan y no distingo de quién es el escrúpulo, si de las estrellas que ajean o del perro que ha decidido hacer sus necesidades. Burdos son los mantos que he puesto a tus pies, como alfombras desteñidas y penumbras mohosas, espinas en un tálamo de rosas. Anda y esputa, quebranta y patea... Sobre la gracia de extender gloria, la ironía de esparcir impureza.

Levántate, no es el mundo que creíste ver, no es la humanidad que soñaste, no eres el ser ácrata, bastardo y sensible que pensaste ser,  ni rumias belleza en los prados por doquier. Siempre es lo que dicta el cerebro y hay que cambiar los lóbulos frontales por los parietales, darle la revuelta a la tortilla, aprender a desfreír un huevo en la sartén. No sabes quién eres, nunca lo has sabido, vives en la usurpación de un yo: mengano, fulano, zutano, perengano...

Me preocupa que en tu lecho haya dos almohadas, hasta el punto de no estar convencido de una cama tan amplia, de sentir celos de unas simples sábanas, de desfallecer por unas mantas. Me preocupa que el sexo sea ácrata y apátrida en tu alma, ya que por un momento me gustaría ser autoritario y nacionalista en tus colchones.

Nunca el que abrió la caja de los truenos supo cerrarla. (Aitor Suárez)

¿Para qué sirve una caja sellada? ¿Qué utilidad sin una tormenta?

Fuiste amado al despuntar el alba, fuiste abandonado al amanecer. En la penumbra de los jarales probaste la miel de cytinus.

Lo nuestro es un petardeo, un bla, bla, bla de ecos vacíos. El horizonte no es venial ni detrás del ocaso se oculta una soga para los suicidas.

Hay que huir de ciertos blogs como de la peste, sobre todo los que exhalan amor recién horneado y promesas cumplidas.

Ahora mi ambición ha roto el techo al que creía haber llegado. (Onia Valero)

Que el perro duerma a nuestro lado y mitigar el frio con versos ardidos. Todos queremos más; unos, creernos los animadores de este cotarro y otros, antagónicamente, hincar los pensamientos a la altura de las rodillas.

Si algo te dice que es una estupidez es que estás haciendo lo correcto.

Cada cual escoge los sueños que más tiene a mano. (Ortega Palomares)

El onanismo y el fetichismo.

Dale a un necio la apariencia de una eternidad y hallarás a un poeta. 

Tal vez una conciencia social aletargada, indiferente e inútil (seguramente es el caso). La solución no es ser más ebriedad, es ser más sociedad, permanecer en los suburbios, en los hospicios del silencio, en los comedores del hambre, departiendo entre la miseria, asistiendo a los desfavorecidos desde la base para decirles que con un plato de alubias todo es remediable y auténtico, y que el cielo se asalta con frijoles (no por la fuerza) para sustraer a los gigantes sus ocas de oro.

Los verdaderos amantes acaban por encontrarse, sean cuales sean sus vicisitudes.

El exterior es un mero reflejo del interior.

Iré a tu entierro y me emborracharé en tu nombre, brindaremos por todos los comienzos hasta que nos lleven los diablos.

Hemos nacido para la poesía, es lo que somos, esa es la única certeza de nuestra sangre.

Nuestro recobrado escrúpulo no es más que una pataleta de niños burgueses de corazón anestesiado, que creen recobrar levemente el latido. Es lo que somos, mal que nos pese, una parodia, una cardio(a)patía congénita con electroencefalograma plano que a veces pretende elevar el vuelo animada por alguna tempestad.

Quien vive la exclusión y las injusticias no tiene tiempo para cuestionarse a si mismo, ya que se halla en el ojo perfecto de la tormenta, (se trata de supervivencia, de acción reacción, de sanguínea y volátil resistencia).

Yéndonos por el sumidero de un ideario transversal solo seguiremos el  malogrado camino, cambiaremos el amor por el odio, la barrica por la barricada, el sexo de los invertebrados por la huesera de los huesudos...

Uno no elige sus prioridades, es elegido por sus postergaciones. Perdemos en el cambalache si relegamos la pulsión amatoria por la política, la evidencia en todo caso es la total repulsión.

Algunos pensamientos sectarios le buscan las vueltas a la realidad para recrear un imperio de enemigos a la altura de sus necesidades. ¿Desde cuándo hemos dejado de ser unos cínicos libertinos para emanciparnos en ilusos libertarios? 

El humanismo, la integridad y la honradez constituyen la verdadera revuelta y el cambio de paradigma.

Ser fantasmas de otros fantasmas no es la comprometida senda del poema, el poema se involucra con el desaire y nadie le dice en qué creer ni qué bandera enarbolar. ¿En nombre de qué posesiones y persecuciones?

Dejemos de elucubrar, seducidos por regímenes que fingen una revolución y sacan a pasear su palo de escoba por los callejones de la opresión, siendo ellos mismos la tiranía.

Hemos nacido para la poesía, es lo que somos, esa es la única certeza de nuestra sangre.

Cuando pusiste esa semilla en el corazón de los infantes, alimentaste sin querer a los peces dorados.

Un poeta no puede ser parte, tiene que estar cerca de la totalidad o del más absoluto vacío. ¿Si Cristo viviera en estos tiempos pediría una retribución por su crucifixión? Total, las iglesias se han dedicado a vender su sangre y a prostituir su muerte. La poesía está dispuesta al lenocinio por una justa recompensa, pues lo que sale del alma se entrega sin reparos a proxenetas y mercaderes. ¿Cuánto cuestan unos versos oscuros, unos cabellos y unos ojos aciagos? Ponle precio al amor y dime qué te debo por la sed y  el hálito de la lluvia.

Por muchas monedas que tenga nunca podre pagar lo que me ofreces, tu belleza es la belleza del mundo.

El amor es un esguince y ahora cojea ostensiblemente. A veces podemos abrazar el polvo de su lado, renqueantes. Ponemos el listón tan alto que no hay nada ni nadie que asalte nuestro apremiante cielo. El amor se arrastra por la borda como un gusano infecto, pero tú tienes puestos los ojos y el alma en el filibustero que pisotea las olas e insulta a las nubes por siempre, trop sensible, con la animadversión de la canalla.

Lo tenemos todo, lo queremos todo, ad libitum, en el momento. Permanecemos ante el bosque incapaces de observar a través de la foresta. Ningún paisaje conocido, ningún paisaje interior, ni siquiera un cielo despejado. La inmensidad es un luctuoso velo. Nos alejamos de los árboles, imposibilitados, porque hemos perdido la perspectiva buscando más allá.

Solo los autistas viven un tiempo sin tiempo, aunque se detengan a contar cada segundo.

Fui a visitar a un reconocido poeta. A la entrada de donde moraba pude leer esta salutación: «Por favor, ruego, encarecidamente, una crítica honesta y sincera de mi obra. Sed valientes»... (Ortega Palomares)

Ni siquiera animando a los cobardes conseguimos intrepidez. De nada sirven los ruegos cuando tratamos de mirar hacia otro lado, pasar desapercibidamente ante la sugestión del juicio. Nos persuaden a ser molestos y queremos ser modestos. Deberíamos entrar con la puya y abrir entrañas, ya que el anfitrión nos convida a la sangre. 

¿No sería mejor guiarse por el hilo de Ariadna y confrontar al Minotauro, aunque regresemos al punto de partida una y otra vez, a permanecer en el laberinto y nos disculpen refiriendo que todos los caminos son correctos para llegar al final?

Los que especulan en nombre de la conciencia del mundo están tan cerca del cielo como el clero de la redención, tan cerca de la salvación como los políticos de la verdad. Hoy en día, duele reconocerlo, es mejor ser un marginado que vivir al margen del sistema.

Desconfío de la justicia humana y por ende de la divina; pero confío plenamente en las injusticias humanas y divinas.

Ni él ni ella sabrán que han regresado. Como tiernos pimpollos llevan largo tiempo siendo flores, festejando continuamente la misma alegoría.

Escribir bien, escribir más, escribir mejor... Dejar de respirar los tonificantes desaciertos del futuro. Llegar al éxito dopados, tener un lugar exclusivo en las apuestas, una medalla en el pecho y laureles en la tonsura. Nuestros nombres serán ensalzados como aire sucio de factoría, humo de escaparate en la jeta de los muertos. Cada nacimiento es un fracaso si no llegamos a la valía, a la absoluta meritocracia, pero nacer nunca ha sido renunciar o refrendar sino alumbrar.

Ya no me codeo con animales bellos, tiernos efebos y poetas pueriles. La lírica consiste en estar ebrios y regodearnos con lo maldito.

Por fuera era un caballero, por dentro solo un cochero. A ninguna mujer le agrada conocerlo todo ni desprenderse de sus calesas.

Mi Airbus quiere estrellarse contra tus airbags.

No es que la realidad sea horrible, no  siempre lo es, lo que ocurre es que la mayor parte de las veces nuestra percepción no se acomoda a nuestras circunstancias.

Estoy harto de escuchar patochadas de ingeniería social. La sociedad perfecta ya está inventada, se basa en el salvajismo, el tribalismo y el clan. El resto solo son los argumentos, trivialidades, excusas e inconvenientes de una humanidad adulterada, los despojos de un orgasmo de tierra clamando justicia.

Obviar la política con el hedonismo del insulto subversivo, para regresar al poema con la fe en el escarnio.

Mejor asistir a una cama redonda de escritores, masturbarse literariamente por comodidad y conformidad y no solo por publicidad o afinidad. La literatura nunca ha dejado de ser lo propio de lo impropio, lo inaceptable de lo prohibido.

En el apartado especial de las mamografías, usted será alguien al que leerán alguna vez y dejará un poso merecido, o inmerecido, según lo grande que la tenga.

De cerca todo es paranormal.

La conciencia de lo humano es más que un panfleto social o un desafío cívico. ¿De qué forma abrazar el mundo si no nos cantamos a nosotros mismos y haciéndolo descubrimos nuestras propias debilidades y carencias? Si quieres agrandar aquello que deseas destruir, concédele un lugar en tu vida, un espacio en tu pecho. Así que cuídate de donde pones tus palabras, tus pensamientos, tu fortaleza y tu fe.

Con las cuatro patas de una silla al amanecer, con dos en los pupitres al mediodía y tres en los aparadores del silencio; el nuevo enigma de la esfinge se corresponde con el borracho alelado marginal, el ser racional no cerebral, el perverso bondadoso y la cagada de perro que pisó Armstrong en el Mar de la Tranquilidad.

Los ángeles se metamorfosearon en verrugas y Ángela nunca quiso nada conmigo, sin embargo era la mujer perfecta de escritorio, casi como un ordenador de sobremesa con una fuente modular.

Amor entre carcasas de discos duros... Gozo de pensarlo y anticipar lecturas en tu S.M.A.R.T.

Ya ha pasado el tiempo de los pañales zombis y los sobrinos llorones que envejecen peor que sus tíos. Sarcásticamente, así nos lo hizo saber una belleza castellana en un bar de Osorno. Los bebés se dan a la bebida y a las rudas camareras veintañeras, mientras maman cerveza como zampullines entre pinchos de tortilla. 

Existen más traseros que hembras en el mundo, y excluyo a la fauna masculina de este tratado, por lo tanto todavía hay esperanza. Muñecas rusas de porcelana, Baba Vangas de salón, el Parnaso pueden ser unos ojos verdes, pero qué diantres hace el diablo en los cielos si no va a arreglarse los cuernos, hacerse un piercing en el escroto o un tatu de San Pedro.

Dejo vagar la indiferencia. "ojala ser burguesía para oprimir a estos proletarios. Socialismo es barbarie". La tarde se encanece... Juraría que hay una boya menos en el puerto y un par de bolleras besándose con ganas al lado de un puto facha deprimido.

El océano sigue oliendo a bálsamo salobre. No conseguirás nunca abrir almejas con ganzúa o pescarlas con anzuelo. Tienes que hundir las manos en la arena, hurgar en el fango y la peste, para arrancar cuentos de Scheherezade a las olas.

Podrías estar aquí para observar las nubes grises vistiéndose de ocaso. Siempre escribo alrededor de esta muralla, con el orgasmo de los alzacuellos. Lamiéndote las orejas llegarías al Calvario y verías a Cristo crucificado de placer.

Va a caer una tremenda y quisiera hallarme a tu lado, con el objetivo en tu entrepierna y el telescopio entre tus lunas.

La poesía es un arte de pirados, pura pirotecnia, hornos pirolíticos y flujos piroplásticos;  una meada en un nenúfar, un pis en una triste aliseda.
Cualquier poeta se pone su traje imperial para recoger escaramujos y hablar un lenguaje inclusivo.

Los poemas son como gotas de lluvia en la ventana una tarde de tormenta. No tiene sentido querer apropiarse de un aguacero o pretender malversar el estro jugando con los dedos en el cristal.  Es ilógico encuadernar una ventisca a no ser que deseemos liberar un ciclón, despertar una tempestad o exorcizar una borrasca en maleficio de los nombres, incluso de los nuestros. La inspiración es la vorágine del crisol.

Así que, vaca mía, no distingues a un dictador de un chotacabras, no comprendes que cualquier tiranía utiliza los más perversos ideales para encubrir sus crímenes. Nada tienen de malo los bovinos. Rumiar y defecar poemas en la hierba, lejos de la corrupción y perversión humanas. Mi becerra, pacer es lo mismo que apaciguar.

Comparado con los Padres de la Iglesia, Satán es una niña de parvulario.

¿Cómprate arte o comparte arte?

La etimología de váter procede del inglés y limpiarse el culo es un neologismo galo. Nosotros somos romanos, hacemos el amor en las letrinas e incluso nuestros dioses tienen un altar en los retretes.

Trasero puntiagudo, tetas puntiagudas, orejas puntiagudas, coño cóncavo, ¿dónde clavarás tus pezones?

Has oído bien... Un cónclave de pederastas discute sobre qué medidas adoptar contra la pederastia. La infame ironía de los purpurados.

No existe contraposición en las premisas. Ser o no ser equivalen a ser.

Para dejar morir los significados, desactivarlos y desincentivarlos, lo mejor es la institucionalización, la conmemoración, la mención y la insignia.

¡Qué imponderable escatológico! Tal vez la divinidad no juegue a los dados con la creación, pero se plantee seriamente hacer de vientre sobre el mundo y colmarnos de su jactancia.

Somos eternos, pero no se puede vivir demasiado tiempo en la perversión de un absoluto, por eso hemos recreado la muerte, en mundos disolutos y artificiales.

Solo desde Dios se puede negar a Dios.
Solo desde la formalidad se transgrede el orden.
Solo desde el idealismo se traicionan los principios.

Quiero que me lleves en tus brazos y me arrulles, que me beses y resoples con tus labios en mis mejillas. Que me atuses el pelo con tu saliva y me leas un cuento para niños (uno de hadas bobas y elfos precoces). Nos reiremos de los hombres alcantarilla, mierda de perro en los zapatos, que tropiezan al observar tus cachas. Cuando lleguemos a casa, tengo ganas de quitarme las babuchas y metértela toda, como un trapecista haciendo un doble mortal.

Algunas damas tienen un rostro tan hermoso que solo pueden ser superficiales.

Nos hemos acostumbrado tanto a la abundancia que donde vemos el cielo ya no contemplamos estrellas, y donde añoramos paraísos invocamos los límites.

El amor es un canto celestial, vello inguinal o una rasura en un valle de cerezos.

Todas las edades estaban equivocadas, desde que el más perfecto diseño frotó unos leños en el neolítico para calentarse y el alma desamparada se sintió desnuda.
Imagina un intelecto artificial en taparrabos, un ordenador cuántico descuartizando insectos, una programación exacerbada junto a las cabras. Ojos de pasión en los desiertos, ahogados por la mecánica de la ironía. 

Somos ignorantes de nuestras células, por no hablar de los órganos complejos. La celulitis es más intrincada que la conciencia y la razón, y puede que esté a la par de la inteligencia neuronal. Nada tan maquiavélico como un ser que desconoce cada fragmento de su ser.

La amé, la amé tanto que hipé, balbuceé y un diente se me cayó. Ahora silbo una canción de piratas.

Querer mal, rápidamente, egoístamente y sin cuidado. A veces nos olvidamos del condón y deseamos preservar el momento. Dejar paso a plenitudes fugaces que vivir anclados en el recuerdo... Quizás sea mejor apelar a la desmemoria que a los buenos desencuentros.

Qué, si cae la nieve lento y nos quema. Qué, si llega la avalancha y nos arde. La pasión es un subterfugio del invierno.

Si la muerte es cesar el pálpito, concebir es regresar al latido.

Un infeliz no puede ser indulgente con la dicha. Así que debemos apartarnos de todo lo que exhala amor, sexo y sentimentalismo. ¿Qué crees que se siente cuando otros se atiborran y, relegados, no somos convidados siquiera a las migajas? Es tremendamente egoísta exhibir la abundancia delante de los hambrientos. No te ocultes, beldad, pero tampoco inflijas un castigo innecesario con tu rostro.

¿Eres la insaciabilidad de la tormenta o la afabilidad después de la lluvia?

No poseo una mierda, no tengo para tu vientre ni para una muela. Lo mejor es incendiar astros y ver arder estrellas cuando el amor asciende hasta los cielos.

No tengo un deseo, nada para tus huesos, ni siquiera para tus sueños... Los hombres libres no reniegan de los infiernos.
Te quieren vender el paraíso, te quieren persuadir con lo eterno, moros en la costa y Venus emergiendo, imágenes en las peanas y santuarios llenos.

Somos dementes en una sopa de letras, sucios como sentinas y oscuros como el deseo.

Me he acostumbrado a respetar a los demonios y a tratarlos con vehemencia. No detento fe ni credo.
El futuro es incierto, pero no más que tus ojos. Merecemos las piedras, el silencio y la muerte, una senda para los pasos y la jauría persiguiéndonos.

¡Podemitas, podemitas, qué hermosas son las podemitas!

¿Qué es peor, que Rita Maestre se desnude ante los altares e increpe, o que un cura pederasta imparta oficio, comulgue y bendiga?

¡Podemitas, podemitas, qué hermosas son las podemitas!

Siempre es preferible el asalto a las capillas complutenses.

Podemos morir a la orilla sin adentrarnos jamás en el mar.

La parte de la espalda que pierde su nombre, pierde a los hombres.

Hay cosas que no recobran la gracia con el paso de los bidés, pero tus ojos siempre serán las mejores meretrices.

¡Céntrate! Las prioridades son las vaginas y los anillos de Saturno.

No sé que hacer en un mundo donde los peces se muerden la cola.

Si realmente somos quimeras y la realidad es una ilusión, todas las sombras y el temor son espectros en la niebla.

Lady Dadá

Nada te digo, todo te lo desmiento. Disparen al pianista entre los dedos. Diecisiete haikus en el país del saxofonista y los idiotas siguen siendo poetas. Queman las ideas, las hogueras, mientras el perro nos aguarda en el umbral, todas las letras desordenadas de tu nombre con sangre en el bozal.

Puede que cualquier sentencia sea una forma de intrascendencia.

Los sueños son la única prueba de nubilidad y nulidad.

Estar enamorado es..., hacer poesía con los pies.

Te daré mi fecha de nacimiento, el comienzo de un delirio, el engaño. Te daré mi dirección y mi número de teléfono, las consecuencias. Nuestro sexo no carece de sutilidad ni perversidad. Luego te firmaré en los glúteos con tinta indeleble, y dirás que no sabrás manejar una rúbrica tan inexacta, perdida en los formularios.

En el futuro, tal vez siga sucediéndose el futuro.

Tengo un montón de vacíos que expresar, y un patético silencio que nos convertirá en extraños.

Amar no es para nada inteligente; como mucho, astringente.

Navegaremos hacia los soles y más allá. Las estrellas celosas se pintaran los labios, empolvarán sus mejillas y se delinearán los ojos. Borrachos de nebulosas y nubes de Oort, los astros remilgados se ruborizarán al vernos, náufragos de las constelaciones en el burdel de los cielos.

¿Nunca nadie se ha parado a pensar en la infelicidad de las perdices?

El amor en la distancia es una estúpida novela sin consecuencias.

Una mentira, repetida varias veces, puede convertirse en un orgasmo. La verdad es fría, frígida y despiadada.

Nunca fuimos fuego, solo pavesas. Nos calientan los sueños, y hemos soñado tanto que podemos morir de ingenuidad.

Te escanciaré de champán y te cubriré de rosas para que te degusten los invitados y te gocen los malditos.

Entré en un almirez machacándome los dedos, estrujando palabras, con la apariencia de un talento portentoso y la depravación de una boca, constrictor.

Las ideas de escasa altura llegan mejor a la entrepierna.

Como dioses que descienden a la carne, recorreremos cada existencia como un periplo.

Lo había planeado todo. Era el momento de perder la virginidad, y después de ver Cenicienta se dispuso a asesinar a su madre.

Haría lo que fuera por estar contigo, y lo sabes. Soy una zorra herida sin documentos y sin sentimientos.

Lo habían planeado todo, pero el plan les explotó en la cara. Si me quieres infantil y oscura deberás aprender a morir.

La niña sin dientes engaño al maníaco. Por amor, las bestias homicidas cometen los más grandes atropellos.

Los dos estaban excitados. Besos de Blancanieves sobre el cadáver de la bruja.

Después del crimen limpiaron la sangre y los ángeles perversos ahogaron su lascivia en un motel.

Ella quería un hombre y no un muchacho, pero el zagal rajó a la perra. Salomé con la cabeza del bautista. Los nombres de los villanos siempre serán recordados.

Escribir es enrollarse en una alcatifa para mostrar nuestra carne desnuda al Cesar,  artimaña de seducción.

Si somos lo que pensamos, nuestra mente es el tapadillo de todas las alfombras, el polvo atravesado por la luz, el ácaro y el desperdicio de las gamuzas.

Este año llega con pensamientos bastardos en el alma de las musas.

Quieres ser escritor pero ni siquiera esputas, no salivas en la jeta de tus lectores, no besas el ano de tus incondicionales ni lames la oblicuidad de tus detractores. Te masturbas en la soledad de tus cuarteles, en la fatuidad del lupanar. No compartes, solo impartes y departes para vender una publicación, una obra, bajo el beneplácito de un editor y el concúbito de un seudónimo. Apestas a cajón de sastre y a yegua con herrajes. Si no te rasgas las vestiduras, qué pretendes, necio, con tu lengua viva.

Me estoy convirtiendo en asiduo a las ferreterías, casi como un cadáver de monja incorrupto.

¿Por qué ponerle apellidos al arte, la ooteca de una mantis religiosa?

Mientras los perros políticos hacen campaña, qué mejor que una luffa para los talones.

En la habitación del norte, el liquen de tus ojos se apareó con el musgo.

Para que caigas en mi celada, ataré diademas a tus tobillos.

Infestados, solo un kilo de bromadiolona puede salvarnos.

La gesta es renacer de las cenizas y volver a arder.

Me he enfadado contigo por los cinco milímetros de la pata de un somier. Si hiciéramos el amor no importarían la desconsideración o la medida.

Mágico es todo aquello que obviamos a través de una definición.

Presidir un colectivo es el deseo de cualquier zángano intelectual cuya pretensión sea el empoderamiento.

Cuando hablamos de poesía nos imaginamos a un tipo afeminado y cursi platicando ñoñerías. Los versos, como los percebes, son una mera exaltación fetichista y culinaria; sucede porque  llevamos años asumiendo la individualidad.

La plenitud no tiene cabida en la necesidad de control.

Mente inconmensurable, por qué tratas de humillar tu narcisismo.

Teniendo en cuenta que todo parte del fuego, las ideas son humo en la noche de los tiempos.

Reseñas del poeta cucaracha en los cuadernos del frío: es invierno y ninguna lectura te salvará de la hipotermia.

Después de cualquier tentación, al deseo frustrado se le llama tentativa.

De las ruinas del presente nace el futuro.

Rilke penetró en sus cavernas, pero Lou no se percató si Nietzsche la había besado a la sombra de su mostacho. En un matrimonio de conveniencia encontró la libertad, soltera siempre pretendió ser libre. Al fin y al cabo, es complicado ser un espíritu emancipado y femenino al arbitrio de los hombres, al amparo de las normas es como mejor se trasgreden las convenciones.

Perro domesticado..., quieren que pases por las urnas para que elijas entre el bozal y perrera.

Los votos son la prebenda para un país desagradable, incluso detestable.

A veces el viaje es mucho más aciago que el destino, justo cuando se va perdiendo la gratitud del paisaje.

Nunca dejaremos de ser putitas literarias que se venden al mejor postor y se masturban con petulante hedonismo,  un acolchado de burbujas para envoltorios vacíos

Que indecorosa es la melancolía, y que contagiosa su piedad... Me siento avergonzado como un pañuelo de esputos.

Errar cien veces y no acertar ninguna es la prueba evidente de estar siempre equivocado. (Ortega Palomares)

Por suerte todo es un error, pues atinar una sola sería la constatación del maleficio.

Somos los mismos extraños de siempre, una y otra vez.

Agridulce December 28, 2018

-La inteligencia neuronal es una parodia o caricatura de la verdadera Inteligencia.

-La inteligencia debe ser agridulce en diciembre.

Cuando la meta es todo, no solo la llegada, el primer paso es el consiguiente al último.

Unos a otros, tus yoes sucesivos se desconocen. (Aitor Suarez)

Algún ego nos servirá para acomodar la pata de una mesa con un pedazo de servilleta.

Demasiados ratones en el fallado y todos se llevarán un diente de leche. Cagadas de roedor mientras el sol se oculta por el oeste. La escarcha hiela las jaras y tiembla el tomillo silvestre. Con comadrejas y sierpes atraparemos a las bestias de la noche que horadan las paredes con sus blancos incisivos. Preparara una caja de sueños debajo de la almohada, para cuando despiertes aún quedará rocío en las ventanas y habrán desaparecido los fantasmas.

Mi nieta de cinco años ya sabe que los Reyes no existen.
-No se lo digas a los niños en el colegio, ¿vale?
-Claro, no quiero desilusionarlos.