Un poeta es un Rey, susceptible de mensurar los versos con dignidad. No eres más noble que un pareado cuando utilizas prebendas para malversar y la sangre pesa como un panqueque de testaferro. Si amas a un acreedor de los versos, a una verdulera de las letras, a una pescadera de las palabras, arrodíllate y friega escaleras.
La poesía dejó de ser estirpe de realeza cuando hicimos de la nobleza unan etiqueta más y le dimos forma, pues hoy te hace rey sólo el número de divisas que tengas en la cartera
ResponderEliminarLatrocinio institucionalizado... La poesía real no puede ser monárquica.
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