ESCRITOS


31/7/17

Hay tanto que sentir que todo lo posible arde de promiscuidad... Te has puesto un vestido vaporoso como un espléndido día de verano. Te favorece, pero no has prestado atención a su aspecto. Salvaje y libre de cualquier atadura me convence tu escritura y el desgarbado recelo de tu alma. Yo soy el imprudente que te compone el talle para marcar los límites, aunque sea innecesario delimitar la belleza. Oh belleza, te amé desnuda cuando no existía nada que objetar ni nada que planchar.

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