Haz el amor y siempre la guerra.

Hay tanto que sentir que todo lo posible arde de promiscuidad... Te has puesto un vestido vaporoso como un espléndido día de verano. Te favorece, pero no has prestado atención a su aspecto. Salvaje y libre de cualquier atadura me convence tu escritura y el desgarbado recelo de tu alma. Yo soy el imprudente que te compone el talle para marcar los límites, aunque sea innecesario delimitar la belleza. Oh belleza, te amé desnuda cuando no existía nada que objetar ni nada que planchar.

Escribes como una marea incesante acariciando la orilla. No tiene sentido detener el mar para cambiar el curso de las olas. Escribes las fluctuaciones de una mano en el agua o la gravedad de un guijarro que se sumerge para recrear el hundimiento.

Igual que una madre acicala los cabellos de un hijo, esa es ahora mi tarea: peinar los versos hasta desenredar los nudos.

Corazón de alcachofa,  te deshojé y hallé una alcachofa.

Una guerra femenina es un armisticio de sangre.

¡Puro y copa para un affaire desgraciado!

De camino a la ebriedad, la poesía es el vino y el poeta un sacacorchos.

Todo poema es plenamente consciente de su necesidad de bajarse las bragas.

El perfecto encanto femenino es un tweet en la arena.

Recrea el mar en su interior igual que una caracola vacía.

La belleza con un mondadientes es mi ideal de perfección.

Todas las horas han de sucederse, a veces con faldas cortas y medias largas, y hay viandantes que observan de reojo el presente de esos andares y el futuro de unas caderas. Sólo unos pocos, los más osados, se atreven a piropear las hechuras del tiempo.

Morir por una meta elevada. El ave tallada con el ala quebrada yace cerca de la ventana. La hermosa flor fue cercenada, su pose inquieta y delgada. Si lo dieses todo, excepto el alma, no habrás dado nada.

Nos crearon los ahogados. Huracanes asistieron al dolor y al parto de las olas. Gritaron su fatiga los ojos que ven unas guadañas por fulgor del sol contra el metal, aquella devastación innombrable y tremebunda.

Niñas de cuatro años en una piscina

(Una más competitiva que la otra)
¿Jugamos a llegar al otro lado y ganar?

Gané, gané,  gané...
(Entre la dulzura que sólo puede otorgar la inocencia):
¡Creo que eres una perdedora!

Los pobres no se dedican a pagar vientres de alquiler: los joden y se joden con ellos. 

Antes que mi pájaro aterrice en tu cielo quiero amarte avec plaisir. Más tarde, mi crueldad, como un coucou malade, vaciará nuestro nido de polluelos.

Después de un concúbito, lo más terrible es quedar como el defensor de Lannister el enano, aplastado por un coño polivalente.

Es usted demasiado temperamental para ser ornamental y huele deliciosamente a cabra, ¿no será hermana de Heidi por casualidad? Sepa que yo también adoro las montañas, a los viejos y a los imposibilitados (es un engaño); las pajas, el heno; las fuentes, las aves, los riachuelos, los altos cipreses (más que los rascacielos); perros de nieve con cerveza o licor y puritanas niñeras cerca de los acantilados (¿dónde mejor que en el seno de una mosca cursi y zumbadora?); Alemania bajo el bombardeo de los aliados y el ejército rojo violando a sus feminazis.

Cosas de Billy

-Y después de lo hermoso qué gratificaciones nos deparará el futuro.

-A mí en particular la más absoluta decepción y la hilarante sensación de tener el palo de una escoba metido por el culo.

-Pues nada..., a barrer el polvo del camino y a cuidarse de las aviesas intenciones de los barrenderos. No te preguntaré si tienes el recogedor a mano!!!

-La vida es wonderful!

-La vida es wonderbra!

Parezco un chocho peludo y sin lavar, si no fuera por eso sería un chichi.

Es más fácil quedarse a las puertas de una mujer que entrar en el paraíso.

Una cobaya le rompió las bragas al rompebragas, y desde aquella sólo hace el amor con animales oníricos.

Dicen que allende la des(composición) un poema repica campanas, clama ardores y apesta a yunque de fragua y fuelle de herrería. 

Generalmente, el cielo no se detiene en los tejados.

Con unos labios tan amargos como la fruta del vicio, corazón de compota, tengo un descorazonador para el alma.

Amar la literatura es como ocultarse bajo la piel de un roedor.

Soy un tipo sin nada en el pecho. Ya no caben en él, lápices de colores ni cuadernos musicales. Lo más parecido a caber es Ĉabar (una pequeña ciudad de Croacia).

Érase un hombre atrapado en un cuerpo de medusa y una Eretmochelys imbricata que se alimentaba de esponjas...

La vara sucumbe a la templanza.

Pongo serios reparos a la conveniencia de un peinado rockabilly en la toma de Okinawa.

Los sueños de los hombres eligen antros de jazz para morir.

La persona equivocada, en el lugar equivocado, me dijo que el amor no era un error.

Somos un canto lejano en la noche de los paparazzi.

Un cojón empedernido desea una situación embarazosa.

Es tan difícil pensar bien de alguien que no puedo perder el tiempo pensando mal.

El avestruz no querrá hacerlo con el babuino sin ocultar la bajeza.

Si tienes alas puedes volar,  si tienes alma puedes amar.

Para llegar a comprender tus versos se necesita un desencriptador de nebulosas y un abrelatas... La recompensa es un cielo despejado y una lata vacía.

¿No es lo mismo escote que estocada, senos que espada?

¿Qué,  cuando te dan una patada en el mismo corazón de la zarzuela, tú, que amas a todas las mujerzuelas?

¿Sabiendo que todo es una charca,  una trampa,  con qué quedarnos, con el veneno de la anémona o el corazón del pez payaso?

¿Quién ha escrito en el árbol la sed de la raíz? ¿Quién ha grabado en su corteza la necesidad de un amor?

La ostra está cerrada para el grillo carnicero.

Cualquier hombre que se precie lleva la redención escrita en la frente.

Ningún amor corre por las venas de un chacal hacia la noche y tú ya has aprendido a dejarte morir.

Día tras día, la belleza es traicionada por lo bello.

El destino es lo posible, pero lo posible nunca ha sido tan inverosímil.

A nadie le importa el arte (me atrevería a afirmar que ni siquiera a los propios ególatras), a no ser por la presunción de creernos algo más que unos simples estafadores.

Mujeres, vicio..., y un hermoso cielo para delinquir.

Estoy de acuerdo con cualquier religión que no nos impida ser incorrectos e inmorales. 

El peor de los salvajes es un hombre civilizado.

¿Por qué disimular al Neanderthal con colonia?

Un encuentro nacional de  poetas debe ser algo parecido a una asamblea cristiana de Testigos de Jehová. Los mejores elementos están en la cantina, bebiendo y solazándose con el servicio. Las mejores poetisas son aquellas camareras que soportan con picardía las chanzas de los borrachos.

La cristiandad también iluminó la noche con antorchas humanas.

No deseamos literatura de beneficio, deseamos literatura de maleficio.

Todos los poetas somos los pececillos de Tiberio, arrojados al Tártaro de Capri.

Safo se precipitó al vacío. Safo cayó en el amor más gravoso del mundo.

Huelo entre mis dedos tu merced.

Los verdaderos amantes no se ocultan a la inconveniencia de las miradas.

Pisadme con vuestras suelas, golpeadme con la punta del tacón, atadme al miserable cordón de una bota; y si amáis la delicadeza, pateadme con la arrugada misericordia de una sandalia.

Si ha entrado algún literato en el baño ha dejado una peste perra con su firma.

Hollypenis

¿No es el poeta un santo pene, una gloriosa insatisfacción y el peor de los gangosos?

Algunos aedos son como esos locos terribles con ganas de reyerta y el afán presuntuoso de cabalgar un ganso.

Cuando el destino se desprende de la matriz, libera a los muertos de sus entrañas.

-¿Alguna remembranza del bardo que lo convierta en Humano?

-Parafraseando a un amigo: no sólo puta pero también puta.

Diálogos con Aitor

-Nadie verá la mañana del día siguiente al último.

-Confiemos en el amanecer espiritual del último día...

-Habrá un último día (¿caerá en jueves, tal vez en lunes...?, ¿de qué mes?, ¿de qué año?). Habrá un amanecer, una claridad, una mañana que nuestros ojos YA no verán. Habrá un no-despertar. Habrá un no-levantarte, un no-ducharte, un no-desayunar... Un no-vivir.

-Llegaremos tarde a alguna cita inexcusable y se llenarán los buzones de cartas vacías. El frío banquero no querrá pagarnos al portador. Alguna mujer agradecerá el cumplido de no soportar jamás nuestra presencia. Las jambas se arquearán por el peso de los dioses que aposentan el trasero en las boardillas. Se apagarán las frescas risas de los niños y ya no se carcajearán los vecinos de nuestro semblante. Los cogollos tiernos serán para aquellos que se atrevan a aderezar el alma con vinagres.
En mi media vida, bacín de mendicante debajo de la alcoba, no se escuchará de nuevo el canto de las ranas. Si estar muerto es no despertar, yo siempre he sufrido de narcolepsia. Si estar muerto es no levantarse, a mí siempre se me han pegado las sábanas. Si estar muerto es no ducharse, aquí tenéis la confirmación de la mugre. No desayunar, no follar, está al alcance de cualquier mediocre existencia... ¿Cómo será regresar en otros ojos al fuego estival de las auroras?

Para Xavier

No quiero mil parabienes, ni cielos magníficos, ni bragas de oro que se humedezcan con zafias palabras, deseo lo detestable, el despropósito que contiene y da forma al barro -balsa de Aznalcóllar con la que aprenderemos a ensuciar paraísos-.

¿Qué decir de ti ahora, cómo nombrarte, si barres lo impuro que se acerca a besarte, el único pensamiento que pretendía sanarte, la única crítica en un mar de congratulaciones, aquélla que debías salvaguardar de tu censura? ¿Dime, compañero poeta, con qué voz se debe pronunciar lo inadecuado si al hablar nos cercenan la lengua?

¿Qué ocurre cuando pierdes la palabra de la rosa, la visión de la rosa y el aroma de la flor? ¿Dirías que no existe lo innombrable, lo que no se ve y no exhala, o es que tal vez has quedado sin alguno de tus sentidos? Sin embargo hay un sonido que nos devuelve los pétalos y una espina clavada en la piel del tacto... Incluso en el más oscuro vacío, en la más completa soledad, el espíritu inabarcable está presente.

Diálogos con Aitor

-Cuerpos exánimes: De lo inerte vinisteis y allá volvéis.

-Pero en el camino fuisteis testigos unánimes de la belleza.

-En medio del breve parpadeo entrevimos la tormenta y el éxtasis. No sólo eso pero también eso.

Ámame con la ternura de un amor viciado.

La poesía no es mercado, no libre mercado, sólo contrabando de ladrones.

Para algunos follar es una forma de acritud socialdemócrata.

¡Amor, el ocaso en tus ojos es un incendio de coptos degollados!

¿Cómo es posible involucionar hacia la muerte y no evolucionar hacia lo eterno cuando aquello que nos hace más fuertes es un asalta-tumbas?

La trastienda de la otra vida sólo puede ser una feria de ganado, asequible a la casa de la doma.

Desde el primer calostro, la primera literatura de leche,  hay un poema, una nana y unos cálidos pechos que nos amamantan, de la poesía del vientre de una madre hacia el soslayo de las matronas.  

Siempre he sido más muñequera que reloj.

La poesía no debe pedir permiso para infringir todas las leyes.

Explica Malamierda: por eso debéis pagar una revista literaria, porque no es lo mismo un producto que mil subproductos, porque obviáis el sacrificio del literato (peor remunerado que un político) y pretendéis escribir versos, párrafos, libros, relatos, para fomentar el canibalismo, la competitividad, el elitismo y la falsa modestia (nunca seréis especie si no formáis parte de un género especializado), porque os degeneráis de una forma auto-lícita, auto-inmune y difusa, publicando en la red vuestra tísica literatura (si es que ese compendio se puede calificar de arte). Se hace imposible sostenella y no enmendalla, puesto que se necesita una mano para llevar la polla al meadero y obrar la micción.

Me parece, Malamierda, que ese mundo ya estaba inventado antes de la segunda guerra, y que eres parte asumible y negociable de lo que tú mismo rechazas. Ya sé que hace falta una guillotina para tanto poeta, pero también sobran proclamadores de la fe que nos quieran vender el remanso de las letras como un catecismo. Es justo que rueden cabezas y es justo amar a los descabezados. ¡Dadme una mala hierba entre un montón de césped! No sé quién tiene que separar el grano de la paja (yo, que me hago más pajas que un exorcista, soy un completo iletrado en esa materia). Todos somos trileros en un mundo de rateros. Por favor, no nos vendas la moto, otra publicación del círculo de lectores; tú, que amas los libros al pábulo de las editoriales.

Las rameras y el estado nunca dejan de golfear.

¿Por qué no me muerdes las tetas y mantienes tu boca ocupada? ¿Por qué no me ases las cachas y te entretienes con mis protuberancias? ¿Por qué no me la metes y, por fin, tu alma tuerta podrá aporrear la puerta equivocada?

Eres un nadador compulsivo en una bañera de sales aromáticas.

Una mancha en un mar no contradice al océano.

Él se quedó con la flor pero alguien deshojó a Margarita, desconcertantemente ese era el mayor deseo del jardinero.

Traicionarse y adulterarse debe ser la máxima, antes y después del placer.

Lo que procede del sentimiento no hay que pervertirlo con razones.

Si te empastan las muelas y después tienes que jugar al rompecabezas de la caries, o a enseñar a una niña a juntar poesía con barbitúricos, y más tarde tu quijada sólo sirve para pastar rastrojos de un poema que mean las muñecas de porcelana, pon tu diente mi amor donde no lo encuentre el ratón.

Nadie pasa por la luz sin detenerse en las sombras.

-¿Qué le disgusta de su amante?
-Los dientes de sable.
-¿No es un buen sableador?
-Los dientes de Sartre...
-¿El existencialismo? ¿No es un buen salteador?

En un poema impecable la mentira divina abraza a todos sus muertos.