La amé en uno de esos largos viajes hacia Sydney pero mi amor sólo duró hasta Melbourne. La recogí en la bahía de Flinders. Hacía calor y estaba en el arcén. Tenía unas buenas piernas y una mirada melancólica (es lo único que recuerdo de ella). Seguramente ahora estará haciendo el amor con un camionero cerca del Mar del Coral.
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