Si, comparado con la lencería la poesía es superflua. Bueno... habría que tener en cuenta también quien lleva la lencería... depende de quien la lleve mejor acostarse con la poesía.
Tú no puedes elegir, Raúl, no te corresponde. Cuando la poesía quiera extenderse sobre una cama blanca, sobre un lecho humano, necesitará bragas a la hora de recoger sus individualidades; mientras tanto nunca nos ha necesitado
Me seduce esa individualidad y esa capacidad que tiene la poesía para sacarse o ponerse las bragas cuando gusta. También es cierto que el poeta es absolutamente innecesario, arbitrario y oportunista, a la hora de elegir entre un calzón o una tanga.
Si, comparado con la lencería la poesía es superflua.
ResponderEliminarBueno... habría que tener en cuenta también quien lleva la lencería... depende de quien la lleve mejor acostarse con la poesía.
¡Sólo puedo estar de acuerdo con tu apreciación!
EliminarTú no puedes elegir, Raúl, no te corresponde. Cuando la poesía quiera extenderse sobre una cama blanca, sobre un lecho humano, necesitará bragas a la hora de recoger sus individualidades; mientras tanto nunca nos ha necesitado
ResponderEliminarMe seduce esa individualidad y esa capacidad que tiene la poesía para sacarse o ponerse las bragas cuando gusta. También es cierto que el poeta es absolutamente innecesario, arbitrario y oportunista, a la hora de elegir entre un calzón o una tanga.
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