ESCRITOS


2/12/15

La enjundia en el labio apalabrado, el primer balar de los corderos, los tormentosos besos y la frugal inexperiencia; una interioridad que se hunde en el leviatán del amor.
La penitente luz atropellada y nadie sabe aún qué oculta la singularidad del sarcasmo. Pasando las páginas hacia los delicados dominios de tu espalda me quema el menosprecio de Maud.
No sé si se puede huir del corazón cuando ajean las estrellas y la inmensidad dulcifica la noche con una honra de cuervos y un cementerio de kiwis.
¿Has estado alardeando de tus gestas por un destino que no convence a un hado? Un verdadero poema se desnuda de superficialidad, de brillo, de apariencia, y el cromatismo cambia con cada lector.
Del desierto a la azarosa jornada todo es la nada y un afanarse sin fin: la fragmentación y el sitio del ensañamiento.


A enxunlla no beizo apalabrado, o primeiro balar dos años, os tormentosos bicos e a frugal inexperiencia; unha interioridade que se afunde no leviatán do amor.
A penitente luz atropelada e ninguén sabe aínda que oculta a singularidade dun sarcasmo. Pasando as páxinas cara aos delicados dominios das túas costas queima-me o menosprezo de Maud.
Non sei se se pode fuxir do corazón cando escintilan as estrelas e a inmensidade dulcifica a noite cunha honra de corvos e un cemiterio de kiwis.
Estiveches a alardear das túas xestas por un destino que non convence a un fado? Un verdadeiro poema ispe-se de superficialidade, de brillo, de aparencia, e o cromatismo cambia con cada lector.
Do deserto á azarosa xornada todo é a nada e un afanar-se sen fin: a fragmentación, o sitio do asañamento.

4 comentarios:

  1. tus últimos dos poemas, están llenos de noctambularios e inspiración, debe ser el favor de la musa, cuando ya estamos curados en gastos y en esperanza... ah Raúl, es lo que nos devuelve el malditismo, el único umbral, hay que agradecer la sangre borboteada y malgastada entre sucias tabernas o acuarius con peces de tres ojos.... tú lo dijiste un día, sobre el licor del destierro.... el poema siempre agradece la desfachatez mucho más que el paraiso, me gusta leerte en esa voz

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    1. Los versos pertenecen al fuego fatuo y el noctambular de una canción de fragatas y pescadores. Lo terrible es no sentir ese malditismo, ni la sangre de los tabernáculos, ni el eyacular de las musas en los ojos de los peces, sólo la necesidad del libro abierto y una inspiración desgreñada (automatismos). Prefiero el licor de las alcobas al destierro de los bebedores y el hueso a la desfachatez agradecida de los fumadores de opio. En el paraíso no hay necesidad de poemas ni poemas de necesidad, pero prescindir del paraíso se me antoja innecesario.

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  2. Hasta los poemas buscan trabajo de lo que sea...
    Este el mundo en que nos ha tocado vivir.
    Suerte.

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